De 24 años de edad. Estudió en Safa San Luis Gonzaga y en el Instituto Mar de Cádiz. Actualmente estudia Ciencias del Transporte Marítimo en la UCA. Ha sido jugador en los equipos de waterpolo Wuca (Cádiz), Adesamar y actualmente en el Club Natación Jerez. También juega como boya (delantero) en el equipo de primera división andaluza. En el año 2.008 ganó el trofeo como mejor portero de la provincia.
¿Cómo descubriste el waterpolo?
-Sinceramente, el waterpolo me buscó a mí, no fui yo el que lo busco, pero afortunadamente me atrapó. Con dieciséis años fui al complejo de piscinas municipal para hacer las pruebas para entrar en natación. Mientras entraba en las instalaciones me vio el entrenador de waterpolo y me dijo -¿oye tú cuanto mides?- Y le contesté: -1.86 centímetros; seguidamente me dijo que si quería hacer también la prueba para entrar en el equipo de waterpolo.
Estuve dos horas jugando en la piscina y cuando me di cuenta ya había perdido la cita para la prueba. Empecé a jugar como portero los tres primeros años.
En un partido que estaba a punto de acabar, íbamos perdiendo por dos o tres goles, de la misma rabia, hice un saque desde la portería y metí un gol directamente. A partir de ese momento me di cuenta que lo mío era ser jugador.
¿Cómo está la provincia de Cádiz en lo que a waterpolo se refiere?
-En la provincia actualmente tenemos seis equipos, la única que cuenta con dos es Jerez de la Frontera. El resto como Algeciras, Cádiz, Chiclana y Arcos de la Frontera cuentan con uno respectivamente. Las mejores instalaciones con diferencia se encuentran en Cádiz, ya que cuentan con una piscina olímpica y además, hay mucha facilidad para su uso y disfrute.
¿Cree que la ciudad debería recuperar su equipo?
-Me encantaría que existiese la oportunidad de hacer renacer al ADESAMAR. Éramos de los equipos más punteros de la provincia. Recuerdo con especial cariño que ganamos el provincial el 1 de julio de 2011, le dedicamos un minuto de silencio a Marcos, que era uno de los integrantes del equipo y hacia muy poco que había fallecido en un trágico accidente de moto.
Sólo existía una piscina municipal y teníamos que compartirla con los equipos de natación y con los cursos que en ella se impartían. Al final sólo nos cedieron dos calles de veinticinco metros, un reducido espacio para poder entrenar.
Hay que tener en cuenta que sólo la portería ocupa tres metros, por lo que era imposible realizar un entrenamiento mínimamente digno. Esto llevó a que la mayoría de los integrantes dejáramos el equipo e ingresáramos en los equipos de las ciudades colindantes.
¿Puede contarnos cuáles son sus planes futuros?
-Si sigo jugando es porque disfruto con ello y es la única experiencia que me hace sentir libre. Este año jugaré con el Natación Jerez, es la primera vez que juego en esta ciudad y con este equipo pero sé de sobra que será una buena temporada, contamos con un gran equipo.