Con algunos cambios en la presentación llegaron los Reyes Magos representados en la chirigota de los Molina a las tablas del Gran Teatro Falla.
El primer pasodoble, comenzado sin instrumentación y cantado con mucho sentimiento, fue para explicar a un niño los motivos por los que no pudo traerle lo que pidió: la precaria situación de sus padres y de su piso. La segunda letra, de gran nivel, fue para la libertad de expresión en el carnaval personificando en el Molina.
Los cuplés fueron para su suegra y para los chupitos. Gran pase.