Una de las chirigotas que más gustó en el primer pase de preliminares fue la chirigota del Canijo, que recreando el desastre nuclear de Chernobyl volvió a hacer reír al público que los esperaba en el teatro.
El primer pasodoble fue un bello piropo a Cádiz, de la que los gaditanos tienen mil motivos para estar orgullosos, aunque el principal es que el palco “no tenga ningún asiento para los fascistas”. El segundo, al feminismo narrado desde un punto de vista original.
El primer cuplé fue para los petardos y el Kichi; el segundo, para los gimnasios. Gran pase.