El Tribunal Supremo ha condenado a 22 años y seis meses de cárcel por el delito de asesinato con alevosía al exmarido y asesino de Purificación Armenteros. Con ello enmienda la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) que rebajó de 22 años y medio a 20 años de cárcel la pena impuesta por la Audiencia Provincial de Jaén, al descartar la circunstancia agravante de alevosía. Ahora el Supremo vuelve a reconocer el ensañamiento de Fermín J.M., en el asesinato en 2011 de su exmujer en Torredelcampo.
El Supremo ha estimado el recurso que presentó contra la sentencia del Tribunal Superior de Andalucía la madre de la víctima, Juana Vacas, y estima, siguiendo también el criterio del fiscal, que en el crimen existió una "abrumadora superioridad" del criminal sobre la fallecida, de modo que cabe aplicar la circunstancia agravante de alevosía.
La sentencia da como hechos probados que, aunque estaban divorciados, la pareja mantenía un cierto vínculo. Literalmente, el relato especifica que Fermín la golpeó "repetidamente y con brutal violencia, de manera sorpresiva e inesperada" y sin que ella "tuviera oportunidad de defenderse", para lo cual se valió, después de golpearla a puñetazos y con una banqueta, de "un cuchillo jamonero" y "un martillo", entre otros materiales. Además, le prohíbe entrar en Torredelcampo por un tiempo "superior en diez años al de la duración de la pena privativa de libertad impuesta".
Herencia
La madre de la víctima, Juana Vacas, de 74 años, heredó las deudas del asesino sin saberlo. Aceptó el legado de su hija sin darse cuenta de que, al estar en bienes gananciales con su exmarido (no había dado tiempo tras el divorcio a solucionar ese trámite) se hacía cargo de las deudas del asesino.
Sin embargo, en septiembre de 2013 la familia de Juana Vacas y los notarios que intervinieron en la aceptación de la herencia llegaron a un acuerdo que hizo definitivo el fallo del Juzgado de Primera Instancia de Jaén que anulaba la escritura.