La muestra, que se inauguró ayer y que permanecerá hasta el 21 de febrero de 2011 en LABoral Centro de Arte y Creación Industrial (Gijón), busca redimensionar la percepción del mundo cotidiano de los visitantes tras su paseo por el espacio.
Cada pieza ha sido seleccionada por su capacidad para provocar una reflexión sobre la relación entre el hombre y las cosas, según ha destacado la presidenta de la Thyssen-Bornemisza Art Contemporany, Francesca de
Habsburgo-Lorena, hija del Barón Thyssen.
La coleccionista suiza ha presentado la exposición, junto a la consejera de Cultura de Asturias, Mercedes Álvarez, en un acto que ha contado también con la directora de LABoral, Rosina Gómez-Baeza; el director de Relaciones Institucionales de Cajastur, César Menéndez Claverol, y los comisarios Benjamin Weil y Daniel Zyman.
Pasajes busca estimular un recorrido contemplativo en el que se reintroduce al espectador en el centro de la experiencia artística, “un viaje inmersivo a otra dimensión perceptiva que activa lo físico, lo sensual y lo cerebral”.
El nombre de la muestra hace referencia a los numerosos “umbrales” que una persona cruza durante la vida.
A lo largo del paseo los visitantes se topan con un muro reconstruido cuyas piezas bailan en el aire, distintos retratos robot de una misma persona, instalaciones compuestas por cortinas y vídeos que relatan la opresión del asfalto.
Lo real se entreteje con lo virtual en una revisión de la rutina a través de la selección de algunas de las obras “más importantes y ambiciosas” de la colección Thyssen-Bornemisza.
Francesca de Habsburgo ha destacado la capacidad de LABoral para actuar como un “laboratorio de proporciones gigantescas” en el que experimentar con sus piezas.
Además de reflexión, las piezas contienen guiños humorísticos sin cabida en el Museo Thyssen de Madrid.
Por su parte, Gómez-Baeza ha insistido en que el arte no puede entenderse como un fenómeno aislado.