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Valencia

El agua, Alicante y Podem hacen imprevisible el 28M para Ximo Puig

Es difícil conocer hasta dónde rentabilizará el PP el malestar en Alicante por la falta de inversiones y la reducción del volumen de agua en el Trasvase Tajo-Se

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  • Puig en las fallas. -

La continuidad de la presidencia de Ximo Puig y del Pacto del Botánic valenciano tras el 28M depende de factores poco presivibles, como el crecimiento del PP en Alicante y la fragilidad de Podem como apoyo parlamentario.

Es difícil conocer hasta dónde rentabilizará el PP el malestar en Alicante por la falta de inversiones y la reducción del volumen de agua en el Trasvase Tajo-Segura.

También es difícil saber si Podem/EU logrará una representación parlamentaria con la que sumar con PSPV y Compromís.

Pero el poder en la Generalitat valenciana tras los comicios de mayo dependerá de esos factores, según tres expertos demoscópicos consultados por EFE.

Todos señalan que el resultado respecto al ejecutivo valenciano determinará en buen medida quién será considerado  el ganador global de 28M, aunque sin olvidar los ayuntamientos de Sevilla y Barcelona. Y todo dependerá de unos miles de votos.

DUDAS EN PODEM

De los tres factores que pueden orientar esos miles de votos decisivos en la Comunidad Valenciana, las dudas en torno al resultado de Podem y Esquerra Unida se explican fácilmente mediante las matemáticas, argumentan los expertos.

Les Corts tienen 99 escaños, y las encuestas privadas publicadas hasta el momento apuntan a que la suma de PP, ganador seguro de los comicios tras el hundimiento de Cs, y VOX, podría rozar la mayoría absoluta de 50 escaños.

Por su lado, la suma de PSPV y Compromís rondará los 34 escaños, siempre según las encuestas publicadas, por lo que para seguir gobernando a Puig le resultarán imprescindibles, si las previsiones son acertadas, al menos 6 diputados de Podem y Esquerra Unida.

Pero sucede que hay dudas sobre si habrá alianza entre Podem y Esquerra Unida. Y esa coalición electoral, a su vez, parece necesaria para que ambas formaciones superen la frontera del 5 % de los votos, el mínimo que, según la Ley electoral valenciana, es imprescindible para obtener representación parlamentaria.

Si Podem y EU no llegan a ese límite, no obtendrán ningún escaño y se perderán más de 100.000 votos de la izquierda. Y eso podría ser fatal para el tripartido encabezado por Puig, hasta el punto de que se ha barajado una posible reforma de la Ley electoral valenciana que, finalmente, y a última hora, no parece en condiciones de salir adelante por falta de apoyo parlamentario suficiente.

ALICANTE, LA GRAN OLVIDADA

Los expertos demoscópicos consultados por EFE apuntan a otro factor igualmente determinante: la hegemonía del PP en Alicante. Esa provincia puede ser la plataforma desde la que se genere un cambio en la Generalitat a favor del PP y Vox.

En Alicante, el PP podría llegar a los 15 diputados sobre los 35 escaños autonómicos que aporta esa provincia a Les Corts, apunta uno de los asesores consultados, cercano al socialismo.

Ximo Puig ha podido argumentar ante sus votantes que con el ejecutivo socialista de Pedro Sánchez se han llevado las inversiones territorializadas en la Comunidad, de los Presupuestos Generales del Estado, a un porcentaje cercano a ese 10 % que representa su población sobre el total nacional.

Pero la gran asignatura pendiente, la financiación autonómica, sigue en suspenso, y eso perjudica gravemente a la Comunidad Valenciana, considerada por el Colegio General de Economistas como una de las menos competitivas y por la Asociación Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) como una de las peor financiadas.

Además, y respecto a las inversiones territorializadas, aunque la provincia de Valencia sí ha mejorado, la de Alicante viene siendo una de las provincias con menor inversión territorializada en los Presupuestos Generales del Estado de las últimas décadas, según la Airef.

El agravio comparativo, la reducción del volumen de agua en el Trasvase Tajo–Segura y el olvido inversor sobre la provincia son temas con gran efecto en la conversación pública en la provincia de Alicante, apuntan también los expertos.

LA APUESTA DE SAGUNTO

En Sagunto (Valencia), se va a construir la futura gigafactoría de baterías proyectada por el grupo Volkswagen para impulsar el desarrollo del vehículo eléctrico con la ayuda de los fondos europeos.

Pero esa es una apuesta en Valencia, y no ayuda en Alicante, una provincia que cuenta con dos poblaciones que figuran entre las de menor renta del país según el INE (Torrevieja y Almoradí). En la propia ciudad de Alicante se encuentran algunos de los vecindarios más pobres de España, como el barrio alicantino de Juan XXIII.

La provincia era aspirante a dos de las agencias del estado aprobadas recientemente por el Gobierno de Pedro Sánchez, y no ha obtenido nada. Las propuestas de Elche y Alicante para hacerse, respectivamente, con la Agencia Espacial Española (AEE) y la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial (Aesia), no han sido atendidas por el Consejo de Ministros.

En ese contexto, la decisión del Ministerio de Transición Ecológica de reducir el volumen de agua en el Trasvase del Tajo-Segura, un flujo fundamental para la comarca de la Vega Baja alicantina, dificulta más aún la posición de Puig, que abandera una ofensiva judicial contra esta decisión del Gobierno central.

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