Las negociaciones en Ford Almussafes giran en torno a la pretensión de la empresa de que los trabajadores se bajen los sueldos. Es la forma en la que la compañía pretende reducir unos costes demasiado altos como consecuencia, entre otros factores, y según un cualificado ingeniero del sector de la automoción consultado por Noticias 8 Mediterráneo, de la política de personalización de cada coche para cada cliente. Eso eleva el precio del Ford, cuenta este ingeniero que ha trabajado en las centrales de algunas grandes empresas del sector, acercándolo al de marcas de superior categoría, y empuja a la compañía a cerrar plantas como factor último de reequilibrio.
¿Qué factoría entonces cerrar? Pues la que peor rendimiento tenga de las dos últimas del ranking, a las que pone a competir entre ellas. Actualmente esas dos últimas son una planta alemana y la de Almussafes. La alemana tiene salarios más altos, pero menores costes de importación de componentes y de exportación de coches, puesto que todo tiene origen y destino en la propia Alemania. En cambio, la factoría valenciana tiene que mandar por ferrocarril -precisamente a Alemania, principal comprador europeo de vehículos- sus coches acabados, y eso sin el Corredor Mediterráneo a pleno rendimiento sigue siendo caro.
Cataluña, con buena parte de la industria española en su territorio, no tiene interés en que el Corredor se acabe, por dos razones: porque su conexión con Europa ya está hecha, y porque una mejor conectividad del resto del Mediterráneo español con el corazón continental podría deslocalizar parte de su tejido industrial y de su PIB regional a otras zonas de España, lo que quitaría músculo económico a las reivindicaciones territoriales catalanas.
El actual Gobierno de España, rehén de nacionalismos e independentismos, no parece el mejor aliado para esta obra. Y la alternativa de derechas tampoco parece entusiasmada con una mayor vinculación económica entre Cataluña y la Comunidad Valenciana que dé alas a otros intereses.
Ante esa perspectiva, la de la eternización de las obras del Corredor, Ford -concluye la fuente consultada- puede acabar tomando en un futuro no muy lejano una decisión que no convenga a los intereses valencianos, decisión que, sin embargo, por cuestión de plazos, quizá le estalle al próximo gobierno de la Generalitat (que las encuestas no descartan que sea de derechas) y no al actual de izquierdas.