Como si de un “héroe” se tratase, entre aplausos, gritos de alegría y hasta llorando por la emoción. Así recibieron los vecinos de La Constancia ayer a la hora de comer a Pepe Silva, presidente de la Asociación Jerezana por el Bienestar y La Salud, tras pasar 24 horas detenido y dormir en los calabozos del cuartel de la Guardia Civil. Agradecido por la acogida de su barrio, que desde el primer momento lo ha defendido a capa y espada, dice que se encuentra “tranquilo” y admite su mea culpa a la hora de haber cometido una actuación “negligente ” pero “por desconocimiento” por acumular en la sede de su asociación, con sede en el centro de barrio de La Constancia, ingentes cantidades de medicamentos.
Unas circunstancias que llevaron a la Guardia Civil a desmantelar este “consultorio ilegal” en una operación que partía de una investigación previa de la Inspección de los Servicios Sanitarios de la Delegación provincial de Salud.“Uno no es merecedor de estas cosas. Me baso en mis 46 años de profesión, porque soy auxiliar de Farmacia de carretera, que no de carrera, me he llevado 31 años en una farmacia y trabajo desde que amanece hasta que oscurece en la atención a mayores”, explicaba sereno, tras admitir que aunque con “ratillos de preocupación” por la familia, se había “hartado de dormir” en los calabozos.
Ayer quedó en libertad sin fianza, pero, como reconoce, el juez le hizo “mucho hincapié” en las razones por las que tenía tantos medicamentos en casa (la Guardia Civil llenó dos todoterrenos) en un registro en la sede de la asociación. “Reconozco que a lo mejor he hecho cosas que no debía porque yo lo que hago es guardar medicamentos, como el que colecciona cromos, pero ni he cobrado nada, ni los he manipulado, ni los he vendido; yo sé lo que doy, sé lo que llevo entre manos”, explica. Tal como señalaban los vecinos, Pepe se ocupaba, entre otras cosas, de retirar los medicamentos que previamente les habían sido recetados a los beneficiarios de la asociación, en la mayor parte de los casos de ancianos. Para ello, previamente, estos vecinos le hacían entrega de sus tarjetas sanitarias con las que retiraba los medicamentos de la farmacia de Cuartillos, “porque soy amigo del marido de la farmacéutica”, que también fue detenida en esta operación, según confirmó él mismo.
“Atentar contra la salud pública"
En el Colegio de Farmacéuticos de Cádiz dieron hace año y medio la voz de alarma al llegarle a su conocimiento esta práctica y quejas de farmacias de que había pacientes que habían acudido con su tarjeta sanitaria con receta por un medicamento que ya había sido retirado previamente. Unas irregularidades que este vecino niega. “Yo soy un recadero pero de mucha confianza, mi labor es cuidar a las personas mayores porque tengo todo el tiempo del mundo. Nunca he tenido una queja de nadie en estos diez años; al revés, todo el mundo me ha abierto las puertas; yo sirvo lo que la farmacia me da, que es la medicación que la tarjeta sanitaria tiene metida. Si la tarjeta no tiene nada, no me dan nada”, apostilla.
Silva, que está acusado de atentar contra la salud pública, también niega que en algún momento se haya lucrado con esta labor. “Aquí en la asociación (que no estaba clausurada) tenemos una cuota de 3 euros que paga quien quiere pero las puertas se abren para todo el mundo”, resalta. De una opinión diferente son en el Colegio de Farmacéuticos, donde aseguran que la práctica de este vecino “no es nada usual” y alertan de las “situaciones peligrosas” a las que puede conllevar la conservación de medicamentos en lugares que no sean los adecuados y a cargo de personas que no sean profesionales”, alerta el secretario de este ente, Alberto Virués.
El secreto de sumario se levanta hoy
El delegado de Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, apeló ayer a la prudencia “porque hay una investigación abierta” y “se han producido detenciones” a la espera de que se aclare la “actividad” qué desarrollaba este “depósito de medicamentos”. En este sentido, está previsto que hoy se levante el secreto de sumario en el Juzgado de Instrucción número 4.