La lluvia marcó un regreso por el camino más corto a sus respectivos barrios
La inoportuna lluvia que en forma de tormenta con aparato eléctrico incluido sorprendió a las hermandades en la calle, haciendo estación de penitencia, después de haber retrasado una hora su salida, obligó a La Redención y a la Cena a regresar de forma precipitada a sus templos. A La Redención la lluvia le sorprendió saliendo de la carrera oficial, y tras unos momentos de confusión sobre qué decisión se iba a tomar, optó por enfilar por el lateral del Ayuntamiento para volver por el camino más corto hasta su sede en Huerto Paco, con un capote protegiendo al Señor de la Redención.
En la calle, en medio de la nada, en plena Gran Vía, atacó la lluvia al cortejo de la Cena cuando volvía a su bario, ante lo cual, la Hermandad optó por regresar de la manera más rápida posible al templo del Sagrado Corazón de Jesús en El Polvorín, aguantando la menuda lluvia que a veces se incrementaban y a ratos era inapreciable.