Torremolinos vivió un año más con gran intensidad la tradicional Romería San Miguel que, de nuevo, se superó a sí misma, tanto en lo que se refiere a participación como en cuanto al extraordinario ambiente festivo reinante en todo momento.
La aparente amenaza de lluvia, que en ningún momento se tradujo en la aparición de dicha contingencia, incluso favoreció la afluencia de público a esta gran cita festiva, ya que, con una temperatura inmejorable pero sin el inconveniente del molesto sol, el discurrir de la comitiva este año todavía fue más agradable y atractivo que en ediciones anteriores.
La importancia de que la meteorología fuera finalmente una gran aliada de la fiesta fue uno de los aspectos que destacó el alcalde, Pedro Fernández Montes, quien se refirió en una breve declaración a la vertiente económica de esta gran fiesta que es la Romería, y a la repercusión muy negativa que su no celebración o celebración en condiciones meteorológicas adversas hubiera tenido para el tejido económico del municipio.
El alcalde, tras calcular que el impacto de la Romería en la economía local, en su conjunto, puede ascender a unos 5 millones de euros, hizo también alusión a la proyección del nombre de Torremolinos que supone un acontecimiento de esta naturaleza, que viaja de forma casi inmediata a los lugares más recónditos del mundo gracias a los medios de comunicación y las nueves tecnologías. En este sentido, se hizo eco de un comentario realizado minutos antes por una persona de su entorno, en el que se daba cuenta del interés y seguimiento del desarrollo de la Romería en ese mismo momento desde Nueva York.
El importante aumento, claramente constatable en las calles, de turistas de la más variada procedencia internacional y, sobre todo, el papel imprescindible y protagonista de los ciudadanos de Torremolinos, a través de las peñas y colectivos diversos, para que la Romería sea un gran éxito cada año fueron, igualmente, argumento de valoración por parte de Pedro Fernández Montes, quien no escatimó para los vecinos de Torremolinos palabras de reconocimiento por “la ilusión que ponen durante todo el año y la alegría que reparten en la calle en esta jornada”.
El alcalde insistió en que el Ayuntamiento pone las infraestructuras para que una jornada de este tipo pueda celebrarse felizmente, pero que es el pueblo el gran artífice de este día emblemático, e invitó a perseverar en el ejemplo de hospitalidad y saber divertirse en paz y armonía que da siempre Torremolinos en sus celebraciones, y desde luego en la Romería.
Pedro Fernández Montes también significó el hecho de que cada año sean más los turistas extranjeros que reservan especialmente sus vacaciones para hacerlas coincidir con la Romería de San Miguel, una tradición recuperada en 1976 por un grupo de ciudadanos entre los que, precisamente, estaba el actual alcalde, fundador de la Hermandad de San Miguel Arcángel e impulsor de la recuperación de la procesión de la Imagen del Santo, después que ésta dejara de realizarse.
Como es habitual, la alegría, explícita mediante el constante cante y baile, y el tipismo, con el incomparable color que aportan los trajes de faralaes y el ornato de las carretas, marcaron todo el recorrido de la comitiva por las calles del municipio y a su llegada y permanencia en el Pinar de Los Manantiales, donde las peñas y demás colectivos protagonizaron la acampada en las respectivas zonas previstas al efecto, convertidas desde ese momento en el núcleo de la fiesta familiar y de amistad durante la cual se degustaron cantidad y variedad de platos preparados para esta especial ocasión.
Este año fueron un 73 carretas, de las que 52 fueron impulsadas por tractores y el resto por bueyes, que rivalizaron sanamente por representar de la forma más genuina posible la elegancia, el tipismo y el buen ambiente en la Romería, de manera que, además de dar rienda suelta a la alegría general, buscaban también el reconocimiento oficial con la obtención de alguno de los premios previstos para las carretas más destacadas de la comitiva.
Vigente la prohibición de la Junta de Andalucía de hacer fuego en todo el entorno del Pinar de Los Manantiales, los “romeros” tuvieron que conformarse un año más con el consumo de platos ya elaborados, aunque ello no supuso ninguna merma notable en la alegría y el buen ambiente que inundaron cada rincón de este espacio verde inigualable del municipio.
A las 5,30 de la tarde tuvo lugar a las puertas de la Ermita de San Miguel un acto especialmente significado desde el punto de vista religioso, ya que se celebró la tradicional Misa en honor al Patrón, cantada por el Coro de San Miguel y en la que el color de los trajes de faralaes y la solemnidad del acto se dieron la mano para dar la máxima belleza a la ceremonia oficiada por el párroco Javier Guerrero García.
Concluida la misma, la fiesta continuó en el “pulmón” vegetal de Torremolinos, donde también fue especialmente constatable la presencia de turistas de la más variada procedencia, ansiosos por captar con sus cámaras algunos de los momentos más representativos de la Romería, además de disponerse a integrarse cuanto antes en el ambiente festivo general.
Por fortuna, esta jornada inolvidable se saldó sin que se registrara ningún incidente de importancia, confirmándose como el mejor preludio de las fiestas locales de Torremolinos, y gracias sin duda al importante dispositivo humano y material desplegado por el Ayuntamiento, con participación de más de un centenar de miembros de la Policía Local, así como efectivos de Policía Nacional, Cuerpo Municipal de Bomberos, Agrupación de Voluntarios de Protección Civil, ASTOSAM, Limpieza Viaria, Medio Ambiente, Área Económica, Servicios Técnicos, SAMSET. ASELIMSA y Delegación de Cultura, Educación y Fiestas.