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Cádiz

Una hora de terror en Algeciras tras la radicalización de Kanjaa en solo un año

La Fiscalía relata la aciaga tarde del 25 de enero de 2023 en la que el Yassine Kanjaa sembró el terror con un machete

  • Yassine Kanjaa, tras el ataque en la Iglesia de la Palma. -

Yassine Kanjaa residía en Algeciras. Había entrado irregularmente en España y carecía de documentación para permanecer en el país, por lo que se abrió expediente para su expulsión, en 2022. Solo unos meses después de ser identificado por los agentes de la autoridad, el 25 de enero de 2023, en torno a las 18.30 horas, entró en la Iglesia de San Isidro de la localidad campogibraltareña y, señalando a la imagen de la Virgen increpó a una persona que estaba en su interior inquiriéndole “¿por qué crees en una escayola?”. Tras golpear una Biblia contra un banco, abandonó el tempo gritando “El mundo se va a acabar” y “Allah”.

Acto seguido, volvió a su casa, apagó su móvil, cogió un machete y salió de nuevo a la calle, donde golpeó a un peatón antes de regresar a la Iglesia de San Isidro, donde se estaba celebrando misa.

El reloj marcaba las 19.15 horas. Kanjaa, según el relato de Fiscalía, se dirigió al altar, donde Antonio Rodríguez oficiaba la misa, que trató de huir. El acusado lo persiguió y lo derribó, momento en el que le asestó con fuerza un golpe con el machete en la nuca.

A continuación, se dirigió a la Iglesia de Nuestra Señora de la Palma, en la Plaza Alta. Entró en torno a las 19.30 horas y se topó en el patio con el sacristán, Diego Valencia Pérez, a quien también golpeó con el machete. El sacristán se defendió con una silla y emprendió la huida, pero Kanjaa continuó golpeándolo hasta que Diego Valencia Pérez cayó al suelo en mitad de la plaza.

El acusado camino hacia el Santuario Nuestra Señora de Europa posteriormente y tras comprobar que la puerta se encontraba cerrada se arrodilló y, entonces, fue detenido por agentes de la Policía Local de Algeciras, que acudieron a la zona alertados por los testigos que presenciaron con horror lo que había sucedido solo unos minutos antes en las inmediaciones. El escrito de la Fiscalía indica que Kanjaa era usuario de Facebook con otro nombre público.

La actividad en esta red social, concluye el escrito, da muestras de su radicalización religiosa en un año, dado que comparte vídeos del ‘Sheik Khaled Rashid, conocido por sus sermones violentos, en los que defiende una interpretación rigorista del Islam.

Solo dos días antes de los hechos, compartió otra publicación de la página ‘La hoz que solo se arrodilla ante Allah’, con un texto que indica que “el triunfo, la victoria y la dignidad son para aquellos que fueron símbolos e hicieron la Yihad por ellos”. 

También fue analizado su teléfono móvil, en el que se encontraron más de un centenar de archivos de vídeo de contenido religioso, así como mensajes de Whatsapp con su madre, entre otras personas, en los que ésta muestra su preocupación ante la extrema religiosidad de su hijo y su voluntad de realizar algún tipo de acción.

El escrito señala, por otra parte, que Kanjaa presentaba un cuadro psicótico que cursa delirios, de probable filiación esquizofrénica, pero también aclara que sus capacidades volitivas e intelectivas no estaban totalmente anuladas por la enfermedad.

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