El tiempo en: Torremolinos
Publicidad Ai
Publicidad Ai

Torremolinos

Torremolinos con Cervantes (I)

Torremolinos no es sólo turismo, fiesta, deportes, playa y sol. Es también arte, cultura, crisol de civilizaciones. En estas crónicas, Jesús Antonio San Martín, desarrolla lo más representativo del ayer y el hoy de Torremolinos.

Publicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Torremolinos, que además de Sol de Oro del Turismo lo es de la Literatura, ha consagrado merecidamente una de sus calles al genial novelista, poeta y dramaturgo español Miguel de Cervantes Saavedra, a quien particularmente recordamos cada 23 de abril. En este célebre día hasta los más pequeños leen en público pasajes de la inmortal obra "El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha", texto obligado en todas las escuelas de habla hispana. El Quijote, traducido a multitud de idiomas, es en España tan popular como la Biblia, tanto que es raro encontrar un buen lector que no tenga ambas supremas obras juntas en su biblioteca. A Cervantes se le conoce como "el Príncipe de los Ingenios". Ciertamente manifestó el más agudo de los ingenios en la composición de su literatura maestra, patente no tan solo en El Quijote, sino también en sus novelas, sus dramas y su poesía. Bien merece que recordemos algo de su biografía.
Se desconoce el día exacto del nacimiento de Miguel de Cervantes, aunque sí consta la fecha de su bautismo en Alcalá de Henares el 9 de octubre de 1547. Dado que se le puso el nombre de Miguel, se ha supuesto que nació en dicha población el 29 de septiembre, ya que entonces era común poner a los niños el nombre del santo correspondiente al día en que nacían, y el 29 de septiembre celebra la Iglesia la festividad de San Miguel Arcángel.
Su padre, Rodrigo Cervantes, ejercía de cirujano (hoy equivalente a practicante ATS). Su madre respondía al nombre de Leonor Cortinas. Tuvo seis hermanos: Andrés, Andrea, Luisa, Rodrigo, Magdalena y Juan. Luisa se hizo monja carmelita y llegó a ser superiora de la Orden. Rodrigo, soldado, estuvo cautivo con Miguel en Argel. Tanto Miguel como sus hermanos llevaban los apellidos Cervantes Cortinas; pero Miguel cambió el segundo apellido a Saavedra a su regreso del cautiverio argelino.
A los cuatro años de edad, Miguel Cervantes se traslada a vivir con su familia a Valladolid y, a los nueve, a Córdoba, donde su padre había de tomar posesión de la herencia de su progenitor. Se cree que el joven Miguel no realizó estudios universitarios, aunque sí es posible que estudiara con los jesuitas, dado que en su novela "El Coloquio de los Perros" describe vívida y detalladamente lo que se cree que sería su vida estudiantil en un colegio de la Compañía de Jesús.
Ya establecido en Madrid, en 1566, cursa estudios con el catedrático de Gramática Juan López de Hoyos, quien tres años más tarde incluye tres poemas de su alumno en un libro que publicó sobre la enfermedad y óbito de la tercera esposa de Felipe II, la reina Isabel de Valois. En su libro, el catedrático denomina a su aventajado estudiante "nuestro caro y amado discípulo". Son estas someras publicaciones poéticas las primicias del talento literario del que después llegaría a ser universal escritor.
Por razones que no están claras, emigra a Italia, donde entra al servicio del futuro cardenal Giulio Acquaviva. Posteriormente se alista como soldado a las órdenes del capitán Diego de Urbina, embarcándose así en la galera Marquesa y participando, el 7 de octubre de 1571, en la famosa Batalla de Lepanto, donde es herido en el pecho y en la mano izquierda, la cual pierde el movimiento debido a que un trozo de metralla le seccionó un nervio. Esta inutilidad le valdría el apodo de "el manco de Lepanto". Tras seis meses de convalecencia en un hospital de Mesina, reanuda su actividad militar en diversas campañas navales. La Batalla de Lepanto, como escribiría después en el prólogo de la segunda parte de El Quijote, fue "la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros".
Después de dos años de permanencia en Nápoles, se embarca con su hermano Rodrigo en la galera Sol, en 1575, para regresar a España; pero una flotilla turca captura su embarcación a la altura de la Costa Brava, y tripulación y viajeros son vendidos como esclavos. A Miguel de Cervantes se le encuentran en su poder cartas de recomendación escritas por don Juan de Austria y el Duque de Sessa, lo cual hace pensar a sus captores que era una persona importante, por lo que piden por su rescate quinientos escudos de oro.
Cervantes estuvo prisionero cinco años en Argel, al cabo de los cuales fue liberado por la suma que sus captores exigían y que los padres Trinitarios pudieron reunir con gran esfuerzo. El 24 de octubre de 1580 regresa a España con otros cautivos liberados, desembarcando en Denia, desde donde se traslada a Valencia y posteriormente a Madrid. Después de dos años de viajes y alguna misión secreta de la corte entre Portugal y Orán, regresa a Madrid, donde conoce a Ana Villafranca, con quien tiene una hija a la que reconoce con el nombre de Isabel de Saavedra.
En 1584 se casa en Esquivias (Toledo) con la joven Catalina de Salazar y Palacios. No duraría dos años el matrimonio, del que no obtuvo descendencia, y Cervantes inicia una extensa gira por Andalucía.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN