Fornieles (Terrasa –Barcelona–, 1975) dejó Cataluña antes de cumplir un año de vida, y jamás ha pisado una escuela de arte, por lo que asombra cómo puede parir colecciones como sus Pintores con letra grande o Angelitos negros, sobre todo porque con materiales como tinta de impresora puede crear un cuadro en poco más de 45 minutos.
Si verle trabajar es impresionante, escucharle explicarlo lo supera: “imagino cosas, hago fotos, me pongo delante del cuadro y empiezo a crear, y las obras van saliendo”, dijo a Efe mientras va mostrando las obras que tiene acumuladas, entre otros sitios, en una habitación de la casa de su madre llena hasta el techo de cuadros embalados.
Pero si todo eso ya lo hace un artista singular, completa el lote el hecho de que aprovecha cualquier material en desuso para convertirse en el lecho sobre el que crear su obra, explica mientras señala elementos como una puerta de un armario o una ventana rota entre otros materiales.
Actualmente, su mente está puesta en una colección llamada Angelitos negros, en la que plasma las miradas de niños de África en base a fotografías que les han ido proporcionado, que realiza en piezas de maderas recicladas a partir de contenedores de madera que transportaban materiales y piezas de cocina para un restaurante asiático.
La espectacular serie pictórica fue incluida posteriormente en el Festival Sete Sois Sete Luas de 2009.