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Detenido el guía de un centro de buceo por la muerte de una submarinista

La investigadora oceanográfica María Casanova murió al quedar atrapada en el interior del pesquero coreano Soo Yang, hundido en un puerto en Gran Canaria

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  • Registro del centro de buceo. -

La Guardia Civil ha detenido al guía de un centro de buceo por el fallecimiento de la investigadora oceanográfica María Casanova, quien perdió la vida al quedar atrapada en el interior del pesquero coreano Soo Yang, hundido en el puerto de la Luz y de Las Palmas, en Gran Canaria.

El guía, un varón de 45 años, ha sido detenido en el marco de la operación Narcotis como presunto autor de un delito de homicidio por imprudencia grave, esclareciendo así las causas del fallecimiento de María Casanova, de 27 años, tras realizar la inmersión en una zona de pecios hundidos denominada 'los narcóticos', en el exterior del muelle Reina Sofía.

Los hechos ocurrieron el pasado 10 de octubre, cuando el Grupo de Especialistas de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil fue alertado para el rescate de una submarinista que había desaparecido dentro del pecio hundido Soo Yang, en el área denominada 'los narcóticos', donde accedieron un grupo de submarinistas recreativos dirigidos por un guía.

Por tal motivo, los agentes iniciaron una investigación en la que detectaron diferentes ilegalidades, aparte de comprobar que el grupo de submarinistas carecía de una planificación específica obligatoria según la normativa para la realización de buceo previa a la inmersión que incluía una evaluación de riesgos, en la cual se debía haber tenido en cuenta, entre otras cosas, el lugar, profundidad, tiempo, consumo de aire y, sobre todo, experiencia y titulación del buceador.

Aún así, se llevó a cabo la inmersión superando la profundidad superior a la permitida y en el interior de un pecio, la cual, por sus características técnicas, lleva implícito unos riesgos extremos que requieren una experiencia, entrenamiento, habilidad y equipo especifico.

Por otro lado, los agentes pudieron comprobar que no se activó el correspondiente plan de evacuación según las manifestaciones vertidas en la investigación, concretamente al haber ascendido a superficie sin realizar el resto del grupo la correspondiente parada de seguridad, siendo conocedor por su trayectoria profesional de que si ascendían sin realizar la parada, ponía en peligro la vida de los otros buceadores.

Por tal motivo, los agentes procedieron a la detención del guía y director técnico de un centro de enseñanza de buceo de Las Palmas de Gran Canaria, así como al precinto policial del local para el correspondiente peritaje por la presunta autoría de un homicidio por imprudencia grave.

RESCATE COMPLEJO Y PELIGROSO

Los componentes del GEAS llevaron a cabo una maniobra muy complicada y peligrosa al tener que acceder al interior del buque, en el que en el primer día localizaron el cuerpo de la submarinista fallecida ubicado en una zona de difícil acceso con pasos angostos. A todo ello hay que sumarle la cantidad de limo que se levantaba por el paso de cualquier buceador, circunstancia que ocasionaba una desorientación extrema, provocando la pérdida de la salida aunque estuviera a escasos centímetros de distancia.

Aun con ello, los componentes del GEAS, en la segunda inmersión realizada, localizaron el cuerpo sin vida de la joven en el interior del pecio hundido hace más de 30 años, que se apoya en un lecho marino a 41 metros de profundidad, posición quilla al sol donde en su interior solo existen estructuras metálicas oxidadas y cortantes.

Con esta localización los agentes realizaron al día siguiente otras dos inmersiones para la recuperación y extracción del cuerpo y todo su equipo de buceo, que se encontraban en una zona de difícil acceso. Una maniobra compleja en la que los agentes del GEAS avanzaron al exterior de espaldas para minorizar los enganches continuos y los obstáculos en los pasos estrechos.

Asimismo, los mismos especialistas de buceo de la Guardia Civil que tuvieron que actuar para la búsqueda, localización y recuperación del cuerpo de la buceadora fueron testigos de los riesgos que llevaba implícita esa inmersión, quedando absolutamente fuera de los parámetros del buceo recreativo.

La operación ha sido desarrollada por el Equipo de Homicidios - Personas de La Unidad Orgánica de Policía Judicial (UOPJ) y Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS).

 

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