Cruz Roja ha lanzado una serie de recomendaciones para evitar durante el verano accidentes en el agua, ahogamientos o 'cortes de digestión', como evitar bañarse bruscamente después de comer o tomar el sol, extremar la vigilancia de los niños o no nadar a contracorriente, entre algunas de las normas.
Concretamente, la organización recomienda esperar un tiempo aproximado de dos horas antes de entrar en el agua tras haber comido y salir "de inmediato" del agua ante algún síntoma extraño como escalofríos, tiritona persistente, fatiga, dolor de cabeza o en la nuca, picores, mareos, vértigos o calambres.
También aconseja bañarse solo en zonas autorizadas, no tirarse de cabeza en lugares de fondo desconocido y evitar las zambullidas en el agua ya que son causa del 6% de las lesiones medulares en España. Asimismo, Cruz Roja también recomienda vigilar a los niños, especialmente a los más pequeños.
Entre las recomendaciones, respetar las banderas de señalización en las playas, no intentar nadar en contra de la corriente y, en caso de ser arrastrado, nadar paralelamente a la playa y, una vez de haber salido de la corriente, nadar hacia la orilla. Cruz Roja también aboga por evitar bañarse en zonas de riesgo como en ríos de gran caudal, en pozas naturales o bajo cascadas de agua.
TRAS EL ACCIDENTE
En cualquier caso, la ONG asegura que los minutos que siguen al accidente pueden ser vitales para la víctima, por ello pide actuar con orden y serenidad para que la atención al accidentado sea lo más correcta posible. En este sentido, Cruz Roja cuenta para ello con un esquema de actuación, la conducta P.A.S. (Proteger, Avisar y Socorrer):
Además, se recomienda hacer seguro el lugar del accidente con el fin de evitar que se produzca un nuevo accidente. Según la situación será necesario, por ejemplo, avisar a los bañistas del peligro existente (corrientes, medusas, etc,), balizar la zona para informar de la existencia de cristales en la arena, o piedras a poca profundidad, etc.
Asimismo, si existe servicio de vigilancia y salvamento en la zona se debe pedir ayuda al puesto de socorro más próximo. En el caso de que no exista servicio de vigilancia y salvamento y, según la gravedad de la situación, hay que llamar al teléfono de emergencias 112 y si la situación no reviste gravedad, se debe acudir al Centro de Salud más próximo.
Ante el accidente, es necesario controlar las funciones vitales de la víctima para saber cómo están funcionando el cerebro (consciencia), los pulmones (respiración) y el corazón (pulso). También se recomienda evitar movimientos bruscos al accidentado, ante el riesgo de que se haya producido una lesión en la columna vertebral y asegurarse de que está consciente. Si el herido no reacciona al hablarle, tocarle o estimularle suavemente, con un pellizco por ejemplo, probablemente está inconsciente. Por último, para saber si una persona respira espontáneamente, debes 'ver, oír y sentir' su respiración.