La juez ha enviado hoy a prisión a Borja P.L., de 41 años, por violar el 31 de diciembre en Sevilla a una mujer que fue auxiliada por unos viandantes, una agresión sexual que el detenido cometió tras cumplir 15 años de prisión por otras cuatro agresiones sexuales y mientras estaba en tercer grado penitenciario.
Fuentes judiciales han dicho a Efe que el detenido ha admitido que es un "deshecho social, un enfermo" que solo hace "perder el tiempo" a los profesionales policiales y judiciales que se ven involucrados en los delitos sexuales que comete, que no puede evitar y por lo que incluso está dispuesto a someterse a una castración química.
El detenido, que fue condenado a 18 años de prisión por las cuatro agresiones sexuales y ha estado encarcelado 15 años entre 1998 y 2013, abordó a la última mujer a la que agredió a las 07:00 horas del 31 de diciembre mientras circulaba en bici camino de su trabajo en la calle Hespérides de Sevilla, en el barrio de La Corza.
En ese momento, el agresor salió detrás de un contenedor de ropa, le dio un golpe con el brazo y la tiró, tras lo cual le sujetó la cabeza contra el suelo para que no le mirase a la vez que le golpeaba y le decía "sólo voy a tocarte, si sigues gritando te parto el cuello", un modo de operar similar al de otras agresiones.
Tras golpearle varias veces en la cabeza y agredirla sexualmente, el detenido huyó del lugar al acudir varios viandantes a su ayuda, han añadido las fuentes judiciales.
La juez Patricia Fernández ha acordado la prisión provisional -comunicada y sin fianza-, que había pedido la Fiscalía, acusado de los delitos de agresión sexual, violación y quebrantamiento de condena, ya que sobre él pesaba la obligación de no acercarse a Sevilla desde la vecina localidad de Camas en la que reside.
En la agresión, el detenido dejó restos de su sangre en la ropa interior de la mujer debido, al parecer, a una herida que tenía una mano.
La detención se ha podido culminar por la coincidencia del ADN recogido en muestras de sangre encontradas en la ropa interior con los muestras que están en posesión de la Policía por una de las agresiones sexuales que cometió en 1998, han precisado las fuentes.
Tras destacar la "violencia particularmente degradante" ejercida por el detenido, la juez ha señalado que por este caso pueden imponerle al agresor entre 12 y 15 años de prisión, ha resaltado la "alarma social" que suscitan estos hechos y ha precisado que lo envía a prisión porque es una medida insustituible para evitar el "claro riesgo" de fuga.
Además del informe de la Policía Científica cotejando el ADN del detenido, la juez ha solicitado pruebas psiquiátricas del detenido y una rueda de reconocimiento, entre otras diligencias, para ayudar a esclarecer los hechos.
Después de la detención del hombre, el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, ha dicho que se investiga si cometió otros hechos similares a la vez que ha destacado la eficacia policial de los agentes de Sevilla