Saúl Ñíguez, Suso Fernández y Chidera Ejuke son, a día de hoy, las
bajas de un
Sevilla privado de algunos de sus mejores jugadores. El mediocentro, entre expulsiones y la lesión, apenas ha tenido continuidad en un equipo del que se presuponía líder cuando llegó en verano. Por su parte, el gaditano y el nigeriano cayeron en el partido frente al
FC Barcelona y, aunque sus roles eran muy distintos, sus ausencias son quebraderos de cabeza para
García Pimienta.
Sin embargo, desde el principio de temporada las distintas lesiones temporales han hecho que el técnico catalán le haya dado vueltas a un once donde la, a priori, segunda unidad ha estado muy presente. Tanto es así que
José Ángel Carmona, que regresaba como tercer lateral, se ha adueñado de la banda derecha debido a las molestias crónicas de
Navas y la preferencia de Pimienta por colocar a
Juanlu en el centro del campo.
Peque, que era un melón por calar, es el mediapunta del equipo un equipo sin Saúl ni, ahora, Suso. En el eje de la zaga,
Nianzou ha cogido unos galones que se antojaban necesarios, mientras que
Gudelj ha regresado al centro del campo y
Kike Salas ha desaparecido de los planes de su entrenador.
Distintas circunstancias que han hecho al Sevilla evolucionar y recurrir a los menos habituales para salir de una situación complicada. Este viernes, prueba de fuego en
Cornellá para ver si el equipo es capaz de acercarse a los puestos europeos o sigue acercándose al pozo.