La banda de música de San José Artesa dio muestras de su evolución y calidad en el concierto ofrecido anoche en la parroquia del Santo Cristo, a los pies del Cristo de la Vera-Cruz. Fue un concierto especial, que se inició con la iglesia totalmente a oscuras y sólo iluminada por las velas del altar, para interpretar la marcha Santa Vera-Cruz de José Manuel Belizón Pérez. Esa marcha que sonaba todos los Miércoles Santo tras el paso, que no lleva música desde hace 3 años.
En el templo sonó Nuestra Señora del Mayor Dolor de Beigbeder, y el himno de la confraternidad de hermandades de la Vera-Cruz, armonizado por José Manuel Belizón, con la participación del coro de la Vera-Cruz.
Cristo del Amor, de Francisco Javier Moreno; Soledad Franciscana, de Abel Moreno y Amarguras de Fon de Anta, pusieron el final antes de repetir el himno de la confraternidad y La muerte no es el final, en compañía del coro de la Vera-Cruz, que también interpretó 3 piezas en solitario en el transcurso del concierto.