Tres años después de haberse alzado con el Premio Nacional de Narrativa y con el Planeta por su novela "El mundo", Juan José Millás vuelve con "Lo que sé de los hombrecillos", una narración sorprendente en la que el escritor se desdobla para hablar de una de sus obsesiones: la dualidad apariencia-realidad.
Así, entre el delirio y la realidad, la vigilia y el sueño, lo real y lo fantástico, Millás (Valencia, 1946) ha construido una novela que podría calificarse, como él mismo explica a Efe, de "rara", bajo la reflexión de que "vivimos en un mundo en el que la copia va avanzando cada vez más para ocupar el sitio del original".
Publicada por Seix Barral, "Lo que sé de los hombrecillos" acoge a Millás y a su doble: un hombrecillo perteneciente al mundo de los pequeños hombrecillos que crecieron en la imaginación del escritor a los seis años, cuando miraba sus zapatos para ver si se le había metido alguna cucaracha o algún hombrecillo para no pisarlo. Unos seres de los que también le hablaba su madre.
"El asunto del doble está siempre en mi trabajo -argumenta-, pero aquí la principal novedad es que la dualidad apariencia-realidad adquiere formas distintas, y es que, desde el primer párrafo, lo fantástico se muestra sin ningún tipo de coartada, y ése es el registro, que lo fantástico aparece en lo real y no al revés. Si les gusta, bien, y si no, pues que se vayan a otra cosa".
"Lo que sé de los hombrecillos" cuenta cómo la vida anodina y tranquila de un profesor de Economía de universidad, jubilado ya, que vive con su mujer y escribe artículos sobre la bolsa, se desestabiliza con la aparición en su vida de estos hombrecillos, sobre todo, de uno de ellos que es su réplica y con el que vivirá las experiencias de una doble vida en la que tendrá que mantener el equilibrio entre el bien y el mal.
Un relato por el que la ironía y el sarcasmo se pasean sin ánimo de provocar la carcajada, en opinión de Millás, pero en el que el lector se sentirá cómplice de este viaje imaginario, en el que el sexo, el vino y el tabaco son otros de los protagonistas.
Plagado de referencias literarias, entre ellas Kafka, Jekyll y Hyde, Borges, Gulliver o Cortázar, entre otras, Millás comenta que este tipo de literatura no sólo está en estos nombres de la literatura culta, sino también en la literatura popular.
"Este doble, este hombrecillo malvado que está en el libro también es conocido entre nosotros con la palabra alemana 'doppelgänger', que tiene una larga tradición centroeuropea y que designa a un hombre maléfico". Luego este malvado pasa ya a la literatura culta con Borges o Cortázar, entre otros, precisa el autor.
Pero el género fantástico en España no tiene mucha tradición, algo que le lleva decir a Millás que le encantaría inaugurar este género y tradición.
"En España hay un ejemplo de esta tradición en el romanticismo, con Espronceda y "El estudiante de Salamanca", pero poco más. Ya lo creo que me gustaría ahondar en este género; pero, de todas formas, también esto responde a la necesidad que tenemos todos de clasificar las cosas y encerrarlo todo", recalca.
"Lo que sé de los hombrecillos" constituye otro viaje introspectivo de este autor hacia los rincones menos visibles del ser humano y donde los sueños son principales protagonistas.
"Lo que llamamos realidad es el resultado del sueño, de la fantasía, pero vivimos en un mundo que dice que no, por eso he puesto a este protagonista que aparentemente encarna la normalidad total y al que se le abre una grieta por la que entra la fantasía y el mundo se le viene abajo", concluye este autor, que divide su tiempo creativo entre la literatura y la escritura de reportajes y de entrevistas, siempre, todos ellos, con su mirada especial, arrojando luz en la oscuridad