Giménez, que obtuvo en 1998 el Premio Nacional de Danza y ha pisado escenarios de dieciséis países, aseguró, en una entrevista a Efe, que ahora “nadie está apostando” por este arte expresivo, salvo “compañías grandes” rusas, estadounidenses, francesas y alemanas que mezclan en su repertorio los clásicos y las versiones contemporáneas de los mismos.
Madrileña, de 38 años, maestra de figuras como Ángel Corella o Tamara Rojo y licenciada en Coreografía y Técnicas de Interpretación de la Danza, cree que detrás de esta falta de apuesta se sitúan las normas que actualmente rigen la sociedad, “donde el marketing, la promoción y la publicidad” lo “mueven todo”.
“Es verdad que hay que vender entradas. Y es verdad que muchas veces se hacen cosas que a lo mejor van más a lo seguro y con gente que tiene un nombre más llamativo, aunque a lo mejor en calidad hay gente que lo podría hacer mejor y que es menos conocida”, agregó la coreógrafa.