Este miércoles, la provincia superó el millón de gaditanos con al menos una dosis administrada del fármaco contra el Covid-19. Andalucía comenzó a inyectar el suero a demanda desde mediados del mes de agosto porque, como apunto el consejero de la Presidencia, Administración Pública e Interior, Elías Bendodo, “somos la comunidad que más vacunas pone y a un ritmo más rápido”. Y hace algo más de un mes, el Servicio Andaluz de Salud abrió cita para los menores de entre 12 y 14 años. Sin embargo, los niños por debajo de esa edad tendrán que esperar.
“No hay certezas sobre plazos pero confío en que a finales de este año o principios de 2022 puedan recibir el suero los más pequeños”, apunta Alfonso Carmona, quien al frente del Instituto Hispalense de Pediatría (IPH) reclutó este verano a 40 menores para participar en el ensayo clínico de Pfizer a nivel mundial, con 80 centros de investigación y 3.200 participantes implicados.
El estudio se llevó a cabo en tres grupos de edad, de 2 a 5 años, de 5 a 11 y de 12 a 18 años, explica, para comprobar en primer lugar que la vacuna es segura. “No hemos tenido ningún problema ni ninguna reacción rara”, asegura, aunque se muestra prudente porque es pronto para sacar conclusiones.
En segundo lugar, el objetivo de la prueba es comprobar por medio de seguimiento de la respuesta inmunológica que es útil. Este proceso se alargará durante un año y, en algunos casos, hasta dos.
Carmona espera a que se aprueba la administración de la vacuna en niños. “Si se aprueba, lo recomendaré como he hecho con el resto de grupos de edad”, afirma, porque “es la manera de evitar complicaciones en el caso de contagio”.
Mientras que llegue ese momento, el doctor fundador del Grupo IHP admite que muy probablemente se incremente la incidencia en estos tramos de edad. Siendo los últimos en vacunarse, “los niños se contagiarán más”, admite, pero también se muestra convencido de que “van a padecer poco la enfermedad”.
Las cifras actualmente evidencian que los niños de entre dos y doce años presentan más casos que la media regional en Andalucía. Mientras que la tasa se sitúa en 116,7 positivos por cada 100.000 habitantes, en el menor tramo de edad la cifra se dispara hasta los 146,2. Atendiendo a los números totales de contagiados en los últimos catorce días, uno de cada cinco es un niño. La tasa de mortalidad, sin embargo, es de 0,3, frente al 130,3 de conjunto autonómico, lo que se traduce en solo cuatro fallecidos desde que irrumpió el coronavirus.
“Los niños sufren frecuentemente el contagio de virus SARS”, similares al Covid-19, “y eso quizá haya hecho que desarrollen una inmunidad natural”, especula. En cualquier caso, apela a la responsabilidad y a las medidas básicas de prevención (distancia social, uso de mascarilla e higiene de manos) para evitar la enfermedad, pero rechaza que se extremen las medidas para este colectivo en concreto. “En Andalucía se están haciendo las cosas muy bien y confío en las autoridades sanitarias, no es preciso lanzar otras ideas”; concluye.