Un total de 2.382 casos de contagio se han contabilizado hasta la citada fecha, de los que 2.288 están confirmados en el laboratorio
La epidemia de ébola que sacude el noreste de la República Democrática del Congo (RDC) ha causado 1.606 muertos desde que se declaró en agosto de 2018, según los últimos datos divulgados por el Ministerio de Sanidad.
En un informe facilitado a Efe con cifras vigentes hasta el 3 de julio, el ministerio señaló que, de los 1.606 muertos, 1.512 dieron positivo en pruebas de laboratorio y el resto se consideran probables.
Un total de 2.382 casos de contagio se han contabilizado hasta la citada fecha, de los que 2.288 están confirmados en el laboratorio.
Entre esos casos, 128 corresponden a personal sanitario encargado de combatir el brote, que ha costado la vida a 40 de esos profesionales.
"Uno de los desafíos para prevenir el ébola en centros de salud e infecciones entre el personal sanitario es el gran número de estructuras sanitarias en las áreas afectadas de RDC", manifestó este jueves el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, en su cuenta de Twitter.
De los afectados por el virus, 666 pacientes han logrado sobrevivir a la enfermedad, precisaron las autoridades congoleñas.
Este brote -el más letal de la historia de RDC y el segundo del mundo por muertes y casos, tras la epidemia en África Occidental de 2014-, se declaró el 1 de agosto del año pasado en las provincias de Kivu del Norte e Ituri.
Sin embargo, el control de la epidemia se ha visto socavado por el rechazo de algunas comunidades a recibir tratamiento y la inseguridad en la zona, donde actúan grupos armados y milicias rebeldes que han atacado centros de atención a pacientes de ébola.
Desde el 8 de agosto de 2018, cuando empezaron las vacunaciones, más de 155.500 personas han sido inoculadas, según las últimas cifras publicadas por el Ministerio de Sanidad.
El pasado 14 de junio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) optó no declarar el brote de ébola en RDC como emergencia sanitaria internacional, pero alertó del riesgo en la región tras surgir varios casos en la vecina Uganda, país ahora libre de la enfermedad.
El brote de ébola más devastador a nivel mundial fue declarado en marzo de 2014, con casos que se remontan a diciembre de 2013 en Guinea-Conakri, país del que se propagó a Sierra Leona y Liberia.
Casi dos años después, en enero de 2016, la OMS proclamó el fin de esa epidemia, en la que murieron 11.300 personas y más de 28.500 fueron contagiadas, cifras que, según esta agencia de la ONU, podrían ser conservadoras.
El virus del ébola se transmite a través del contacto directo con la sangre y los fluidos corporales contaminados, provoca fiebre hemorrágica y puede llegar a alcanzar una tasa de mortalidad del 90 % si no es tratado a tiempo.