Decenas de personas murieron en las últimas horas, entre ellas al menos 35 civiles, por los bombardeos de la aviación de la coalición árabe que encabeza Arabia Saudí contra zonas militares y civiles en Saná, aseguraron la agencia yemení Saba controlada por los rebeldes hutíes y testigos.
Según la agencia, 35 civiles murieron y más de 120 resultaron heridos en un recuento preliminar de los ataques, que destruyeron varias vivientes en barrios residenciales y se prolongaron hasta la madrugada.
Una fuente de la administración local citada por Saba declaró que 25 civiles perdieron la vida y 70 resultaron heridos en ataques contra el barrio de Al Falihi, situado en el casco antiguo de Saná, considerado patrimonio de la humanidad por la Unesco.
Los ataques también afectaron a los barrios de Al Hasba, Al Yiraf y la calle Maareb, en el norte de Saba, indicó la agencia.
Según varios habitantes, los equipos de rescate y numerosos voluntarios continuaron hasta primeras horas de hoy retirando escombros de algunos hogares destruidos.
Por otra parte, varios testigos dijeron a Efe que aviones de combate atacaron al menos en diez ocasiones la sede del Ministerio del Interior y el cuartel de la Policía de Rescate, situados en el barrio de Al Hasba, en el norte de la ciudad.
La aviación atacó también la antigua sede del partido del Congreso Popular, liderado por el expresidente yemení Ali Abdalá Saleh, aliado de los hutíes y situada en la misma zona.
Una casa de Saleh también resultó afectada por las bombas.
Los bombardeos, en el marco de la mayor ofensiva aérea contra la capital, hicieron temblar toda la capital yemení.
El objetivo de los ataques es debilitar a los rebeldes, también conocidos como Ansar Alá, para permitir a los combatientes leales al presidente Abdo Rabou Mansur Hadi que recuperen zonas bajo control de los hutíes, que se levantaron en armas en septiembre de 2014.
Ayer, murieron otros 38 civiles en bombardeos aéreos de la coalición de Arabia Saudí contra las provincias de Sada y Mareb, en el noroeste del país.
Las fuerzas de Hadi, apoyadas por soldados de Emiratos Árabes Unidos intentan controlar la ciudad de Mareb, capital de la provincia homónima, y rica de petróleo, como paso previo para lanzar una ofensiva contra Saná.