La coalición internacional árabe, liderada por Arabia Saudí contra objetivos del movimiento rebelde chií de los hutíes en Yemen, bombardeó esta madrugada la sede principal del partido Congreso Popular General, del expresidente Ali Abdalá Saleh, aliado de los rebeldes hutíes, en Saná.
Los ataques aéreos también tuvieron como blanco las viviendas de varios dirigentes de ese partido y del movimiento chií de los hutíes, según informaron a Efe testigos.
Los bombardeos se produjeron horas después de la llegada a Saná del enviado especial de la ONU para el Yemen, Ismail Uld Sheij Ahmed, que analiza con el partido de Saleh y los hutíes los medios para alcanzar una tregua humanitaria.
En un comunicado publicado en la página web del partido, la asistente del secretario general, Faiqa Al Sayed, consideró que el ataque pretende hacer fracasar los esfuerzos del mediador para lograr una tregua y reavivar el proceso político.
"No nos impedirá continuar nuestros esfuerzos para parar la agresión y levantar el bloqueo contra nuestro pueblo, ni evitará que colaboremos con la ONU", subrayó.
Al Sayed afirmó que el bombardeo causó muertos y heridos, aunque no especificó una cifra de víctimas.
Los bombardeos se intensificaron en varios puntos de Saná después de la medianoche y provocaron destrozos en la casa del secretario general del partido Congreso Popular General, Aref al Zuka, que se encuentra de gira fuera del país.
Otro bombardeo tuvo como objetivo la casa del coronel Amar Mohamed Abdalá Saleh, hijo del expresidente yemení, en el acomodado barrio de Hada, en el sur de la ciudad.
De igual modo fueron destruidas las casas de dirigentes en el movimiento rebelde de los hutíes, como la de Fares Manaa, Daghsan Ali Daghsan y Fares al Habari.
Desde finales de marzo, la aviación de la coalición encabezada por Arabia Saudí bombardea posiciones del movimiento hutí y de su principal aliado Saleh en diferentes zonas del Yemen.
El objetivo de los bombardeos es frenar la expansión de los rebeldes y recuperar el gobierno legítimo del presidente Abdo Rabu Mansur Hadi, después de que las milicias hutíes controlaran la capital en enero.