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Santos firma los decretos sobre el campo colombiano

"Los hemos escuchado, nos hemos sentado con sus representantes en las mesas de negociación y hemos llegado a unos primeros acuerdos sobre medidas de choque, que ya estamos implementando", ha dicho en una rueda de prensa

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El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ha firmado este jueves los decretos para mejorar las condiciones del sector agropecuario con las medidas acordadas con los agricultores y ganaderos que se declararon en huelga el pasado 19 de agosto.

   "Los hemos escuchado, nos hemos sentado con sus representantes en las mesas de negociación y hemos llegado a unos primeros acuerdos sobre medidas de choque, que ya estamos implementando", ha dicho en una rueda de prensa.

   Santos ha revelado que estas medidas incluyen el llamado arancel cero para los insumos agrícolas, un régimen de libertad vigilada para el control de los precios de los mismos, la eliminación del contingente de importación de lactosueros, la creación de un sistema de participación popular y el fortalecimiento de los ministerios competentes.

   El jefe de Estado ha considerado que "se trata de uno de los eventos más importantes para el futuro de nuestra patria". "Si logramos que de aquí salga una verdadera política agropecuaria el paso que habremos dado para el desarrollo de este país, sería fundamental", ha dicho.

   A este respecto, ha destacado que "coincide con lo que estamos hablando en La Habana" con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en el marco del diálogo de paz, según el Sistema de Información del Gobierno (SIG).

   Santos también ha reiterado su compromiso de "volver los ojos al campo". "Tenemos que volcarnos hacia el campo, donde está concentrada la pobreza, donde está concentrada la desigualdad. Si logramos ahí ser efectivos este país cambia sustancialmente", ha insistido.

LA HUELGA

   El pasado 19 de agosto, transportistas, agricultores y ganaderos iniciaron un paro nacional para exigir al Gobierno que aprobara medidas urgentes para mejorar sus condiciones laborales y protegerles del impacto de los tratados de libre comercio.

   A lo largo de estas semanas se han producido enfrentamientos entre huelguistas y fuerzas de seguridad, en un principio localizados en zonas rurales, pero finalmente se han extendido a las grandes ciudades, que han expresado su apoyo al campo colombiano.

   La mayor jornada de violencia se vivió el pasado 29 de agosto, cuando miles de personas marcharon por el centro de Bogotá para apoyar a los huelguistas. Sin embargo, grupos de encapuchados boicotearon la protesta, dando lugar a una batalla campal contra los agentes antidisturbios.

   El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, denunció la infiltración de las (FARC) en la marcha de Bogotá y, en consecuencia, propuso juzgar por terrorismo a los detenidos por los disturbios. Por su parte, el alcalde bogotano, Gustavo Petro, acusó a las bandas criminales.

   El Gobierno y los campesinos llevan semanas negociando un acuerdo para poner fin a una huelga que se ha saldado con cuatro muertos y decenas de heridos. De momento, solo han conseguido acordar el fin de los bloqueos a las carreteras.

   El pasado 5 de septiembre, Gobierno y transportistas llegaron a un acuerdo que contempla la congelación del precio del combustible durante tres meses y la eliminación de la póliza de chatarrización, de modo que por cada vehículo que salga de la circulación entrará otro, y del límite temporal de vida útil.

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