La tasa de criminalidad se redujo en tres décimas en 2007 respecto al año anterior motivado por el descenso de los robos, homicidios y asesinatos –entre otros tipos penales–, a pesar del fuerte incremento de los delitos de violencia de género, pornografía infantil y corrupción de menores.
Según los datos aportados por el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, en una comparecencia en el Congreso para dar cuenta de las estadísticas de delincuencia de 2007, la tasa de criminalidad ha pasado de 47,8 delitos y faltas por cada mil habitantes a una tasa de 47,5, lo que supone el segundo año consecutivo de descenso.
El número total de delitos y faltas cometidos en la demarcación de la Policía y la Guardia Civil fue de 1.882.642 el pasado año 2007 frente a los 1.884.193 del año anterior. Según los datos del Ministerio del Interior, en 2007 crecieron los delitos de pornografía infantil –72% más–, violencia de género –4,2%–, corrupción de menores –26%– y actas por posesión y consumo de drogas –13%más–.
Por contra, descendieron los robos con violencia o intimidación –3,9%–, los robos con fuerza en viviendas –1,8%–, la sustracción de vehículos –16%–, los tirones –4,8% menos–, y los homicidios dolosos y los asesinatos -9,5%–.
De forma paralela, la tasa de delitos esclarecidos mantiene un crecimiento constante desde 2001 y suponen ya el 36,2% del total de delitos denunciados. También hay más detenidos, 138 personas fueron arrestadas en 2007 por cada 1.000 infracciones penales conocidas.
“España sigue siendo uno de los países más seguros de la UE”, se felicitó Pérez Rubalcaba, quien achacó estos datos al importante aumento de los efectivos policiales desde 2004 –20.000 policías y guardias civiles más– y a la mejor coordinación entre los cuerpos de seguridad.
El titular del Ministerio de Interior, Pérez Rubalcaba, consideró que el aumento de los delitos de violencia de género se debe a que las mujeres ahora se atreven a denunciar y también a los nuevos tipos penales aprobados en los últimos años. Por país de origen, bajaron en dos décimas las denuncias presentadas por mujeres españolas pero, por contra, aumentaron un 14% las extranjeras que fueron víctimas de la violencia doméstica.