El esplendor industrial de Málaga no tuvo parangón en la época. Fue pionera en esta revolución y llegó a ser la primera ciudad fabril de España. Fueron las décadas de la burguesía malagueña, la de la familia Larios, los Loring, el marqués de Salamanca, el industrial Manuel Agustín Heredia y la de muchos más nombres ilustres.
Hoy en día, la Asociación en Defensa de las Chimeneas y el Patrimonio Industrial de Málaga, fundada en el año 1998 por vecinos y antiguos trabajadores de las industrias que estuvieron situadas en la avenida Pacífico y el paseo marítimo Antonio Machado como lucha por la preservación y la recuperación de las chimeneas que aún se mantenían en pie en la capital, lucha por un museo que acoja el ingente volumen de objetos de este floreciente pasado industrial.
Mientras tanto, el colectivo pide financiación al Ayuntamiento de Málaga para la puesta en marcha de varias iniciativas para difundir y divulgar este patrimonio entre la ciudadanía.
El presidente de la asociación, José Antonio Ruiz, comenta que en 2015, con motivo del Año Europeo del Patrimonio Industrial, plantearon al alcalde, Francisco de la Torre, la realización de una exposición de paneles informativos en la zona del paseo marítimo, compuesta por textos e imágenes, “para que la gente sepa la importancia industrial que tuvo esa zona, desde la Malagueta hasta la Térmica”. “El alcalde se mostró muy receptivo y después todo han sido excusas. Desde el Área de Cultura nos dicen que no tienen diseñador para la elaboración de los paneles”, cuenta Ruiz.
Otra de las iniciativas que quiere impulsar esta asociación cultural es la puesta en marcha de cuatro rutas que recorran los focos industriales más señeros de la ciudad, cuya intención es que formen parte del circuito turístico de la capital. Estos paseos guiados llevarían al público hasta los montes del Málaga, el Parque Tecnológico, la zona del puerto y el paseo marítimo. De nuevo se han encontrado con nuevos obstáculos desde la concejalía de Cultura. “Nos dicen lo mismo, que no tienen diseñador para la confección de los folletos y nosotros no tenemos dinero para afrontar esos gastos”, añade.
