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125 familias del puerto piden la marcha de la noria espía

Contaminación acústica, intensidad lumínica, ruidos, alteración de sus hábitos de vida, vulneración del derecho a la intimidad, miedo a accidentes... Los vecinos de Muelle de Heredia han sumado fuerzas y presentarán el próximo lunes un escrito que recoge todas estas molestias y reivindicaciones

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Los vecinos de las viviendas situadas en Muelle Heredia y en calles aledañas están viviendo una pesadilla desde la llegada de la gigantesca noria al puerto. Para estos residentes la situación es “insostenible”, por lo que han sumado fuerzas para reivindicar la “no renovación” de los permisos de instalación y actividad de esta colosal atracción, que desde el pasado mes de agosto ha irrumpido en sus casas y cuyo plazo de concesión es de ocho meses.

Un total de 125 familias afectadas por el Mirador Princess han rubricado un escrito que presentarán el próximo lunes, 30 de noviembre, en el Ayuntamiento de Málaga y la Autoridad Portuaria, en el que aseguran sentirse “gravemente perjudicados” por la presencia de este macromirador, que domina el cielo de Málaga a apenas cincuenta metros de distancia de sus hogares.

En dicho documento muestran su rechazo al mantenimiento de la noria en su actual ubicación por varios motivos. Entre estas causas, los residentes señalan la violación del derecho a la intimidad. “Los turistas pueden ver y grabar desde las cabinas el interior de nuestras viviendas”, indican.

Persianas bajadas y cortinas echadas se han transformado en una rutina habitual para preservar su privacidad.

Consideran que esta atracción representa, además, una grave contaminación visual y paisajística, además de la molesta iluminación nocturna que les impide conciliar el sueño. 

El intenso ruido es otra de las quejas de los residentes de Muelle de Heredia, especialmente durante los “trabajos de mantenimiento y reparación de la noria”, que comienzan en torno a las 7 de la madrugada hasta las 4 de la tarde. 

Aparte de esta alteración en sus vidas, los vecinos tienen miedo a que se produzca un accidente por la cercanía del artefacto.

Todas estas preocupaciones aparecen reflejadas en dicho documento, en el que también reclaman a ambas instituciones conocer el expediente de licencia de este macromirador y una reunión con el alcalde y el presidente del puerto para alcanzar una solución a esta problemática. Llegado el caso, pedirían la compensación de los agravios que están sufriendo.

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