El futuro de los 50 vecinos de los Callejones del Perchel sigue pendiendo de un hilo. La empresa Dazia, propietaria de sus casas en alquiler, quiere desahuciarlos, para derribar los actuales edificios y construir unos nuevos, con rentas inasequibles para estos vecinos. En enero varios inquilinos empezaron a recibir las primeras cartas de desalojo. Les informaban de que tenían que abandonar sus casas en marzo. Los primeros en recibirlas fueron vecinos con contratos de tres años, que se renovaban periódicamente  desde hacía diez, quince e incluso treinta años.

De momento, ninguna de las familias ha sido desalojada: “De aquí no nos vamos a ir”. Son palabras del portavoz vecinal y de la plataforma ‘El Perchel no se vende”, Enrique Gutiérrez, respaldado por el resto de inquilinos. Su postura es clara, “venga quien venga, la excavadora, la policía, los GEO, no nos vamos a ir”.

En el barrio “estamos con las orejas tiesas”, pero “tranquilos”, asegura Gutiérrez, mostrándose confiado en que habrá una solución que no deje atrás a ninguna de las familias.

A día de hoy todos siguen pagando su alquiler religiosamente. Es más, denuncian que la empresa sigue “negándose” a cobrar la mensualidad del alquiler, lo que ha obligado a los vecinos a ejercer la consignación judicial de rentas, demostrando su voluntad de seguir cumpliendo con todas sus obligaciones como inquilinos.

El último movimiento de Dazia ha sido enviar una carta de desahucio para el 1 de octubre a una mujer de 90 años con Renta Antigua, “es lo que más nos indigna, ya no están respetando ni contratos indefinidos ni a personas con noventa y tantos años, el dinero no mira nada”. Este burofax es “ilegal”, ya que este tipo de contrato obliga a la promotora a llegar a un acuerdo con la inquilina. La plataforma vecinal denunciará este caso, que forma parte de “una campaña de miedo y acoso hacia los vecinos”.

El portavoz también hace hincapié en que el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía “no están por ahora”. “Tenemos indignación con nuestros representantes políticos”, porque, insiste, “no están cumpliendo con las leyes”, haciendo referencia a los acuerdos plenarios, al PGOU y el Plan Especial de Reforma Interior del Perchel Sur.

“Una parte importante de los que viven aquí están casi en exclusión social, por debajo del salario mínimo y algunos cobran la pensión no contributiva”, explica Gutiérrez. Ante ello, se alzan voces como la de Paco, nacido y criado en el Perchel, y que asegura que con los “600 euros” que cobra “a dónde va ir”. Ahora mismo paga 304 euros de alquiler al mes.

Los vecinos “lo que queremos es una casa digna y quedarnos en el barrio”, añade Loli, porque “somos de aquí de toda la vida y es un trauma irse al quinto pino, porque nos descuadra la vida. Tenemos ya una edad y aquí tenemos nuestras raíces y amistades”.