Un reciente estudio por el historiador Víctor Regalado González-Serna en el Archivo General del Arzobispado de Sevilla ha permitido conocer con mayor profundidad los orígenes de la Hermandad de la Sagrada Cena, aportando información inédita sobre su desarrollo y consolidación. Gracias a la documentación analizada, se ha podido establecer una relación más clara entre esta hermandad y la de la Humildad de Nuestro Señor Jesucristo, que tuvo un papel fundamental en sus primeros años.
La investigación revela que en 1577 la Hermandad de la Humildad recibió la cesión de la capilla de los Cervantes, situada en la parroquia del Omnium Sanctorum. Esta decisión, promovida por el clero parroquial, tenía como objetivo evitar el uso profano del templo, ya que se habían registrado problemas de orden público debido a la celebración de reuniones con consumo de comida y bebida en su interior. Aunque no se menciona expresamente la existencia previa de la hermandad, este hecho demuestra la intención del clero de consolidar una cofradía en el espacio, favoreciendo su desarrollo.
Un aspecto relevante es la relación de esta cesión con la primera regla de la Hermandad de la Sagrada Cena, fechada en 1580 y actualmente perdida. Esto sugiere que ambas hermandades pudieron coexistir en la capilla hasta su fusión, que se estima ocurrió en 1591. La consolidación de la nueva corporación se vio favorecida por el apoyo del clero parroquial, lo que permitió su continuidad y crecimiento.
Para 1592, se encuentra documentada la referencia más antigua a la titulación conjunta de la hermandad, bajo la denominación de “Cofradía de la Sagrada Cena y Humildad de Nuestro Señor Jesucristo”. Este hallazgo supone un avance clave en la comprensión de la historia de la cofradía, confirmando la fusión de ambas corporaciones y su establecimiento definitivo en la parroquia del Omnium Sanctorum.
Otro dato significativo aportado por la investigación es la existencia de enterramientos de hermanos en el interior de la capilla, así como la presencia de los titulares de la Sagrada Cena y la Humildad en altares separados. Sin embargo, no hay constancia de la presencia de la imagen de la Virgen del Subterráneo en este período inicial, lo que abre nuevas hipótesis sobre la evolución de la devoción mariana dentro de la hermandad. Se plantea la posibilidad de que la advocación mariana se trasladara posteriormente o que en un primer momento la cofradía contara con otra Virgen más cercana a su origen fundacional.
El estudio también documenta un extenso litigio iniciado en 1592, cuando una familia reclamó sus derechos sobre la capilla de los Cervantes, lo que llevó a un proceso judicial que se prolongó hasta 1608. Durante este tiempo, la hermandad tuvo que defender su permanencia en el templo, presentando pruebas de su titularidad. Sin embargo, ante la incertidumbre legal, la cofradía decidió abandonar voluntariamente la capilla entre septiembre y octubre de 1607 para evitar la prolongación del conflicto. Como compensación, la parroquia del Omnium Sanctorum le cedió otro espacio, aunque su ubicación exacta aún no ha sido determinada.
Finalmente, se tiene constancia de que el 4 de enero de 1608 la hermandad ya estaba establecida en su nueva capilla, poniendo fin a años de disputas y consolidando su presencia en la parroquia. Este cambio de ubicación marcó una nueva etapa en la historia de la hermandad, asegurando su continuidad en un espacio propio.
Este estudio supone un avance significativo en la reconstrucción de la historia de la Hermandad de la Sagrada Cena, arrojando luz sobre sus primeros años y sobre el proceso de fusión que dio lugar a su configuración actual. La documentación hallada permitirá seguir profundizando en la evolución de la cofradía y en su papel dentro de la religiosidad sevillana de la época.