A finales de los 80 el sevillano maestro de periodistas Sánchez Araujo me habló de lo bonito de las procesiones por ese jerezanísimo enclave
Finales de los años 80. Salía con el maestro Sánchez Araujo de la vieja redacción en la calle Horno de la ya hace muchos años extinta delegación de ABC y caminábamos hacia la Plaza del Banco y el periodista sevillano, que había venido a cubrir un Xerez CD-Betis en Segunda División, me dijo aquello de “qué bonito sería ver por aquí las procesiones de Semana Santa. Cómo luciría un palio”. Y veintiocho o veintinueve años más tarde su premonición se va a hacer realidad, si nos atenemos al visto bueno de la mesa de seguridad al cambio de la Carrera Oficial, como el compañero Aleu adelantó el pasado jueves, o, como igualmente avanzó el viernes, a que los hermanos mayores, por lo general, se están mostrando receptivos en las ruedas de conversaciones que están manteniendo con miembros de la Unión de Hermandades a este nuevo orden procesional. La Plaza del Banco, también conocida como Alameda del Banco colinda con el antiguo trazado de la muralla a su paso por la calle Larga y la judería de Jerez. Su nombre se debe a que en ella tuvieron sede el Banco Exterior de España, el Banco de España, el Banco Español de Crédito y el Banco Comercial Español. En 1995, dentro de un conjunto de medidas que afectaron al centro histórico-comercial, la plaza fue peatonalizada y aunque se modificó su estética y mobiliario sigue manteniendo sus edificios singulares y es un emplazamiento único y tiene una acústica perfecta para escuchar las marchas procesionales o para sentir la voz de los capataces o el racheo costalero o para impregnarse de silencio en cortejos sin música o del olor del incienso ya que el paso por la misma de las cofradías, según el proyecto esbozado por la Unión de Hermandades (gustos y polémicas al margen) sería de unos diez minutos. Se pretende, dicen, ganar orden en los cortejos y mayor seriedad y mayor recogimiento en aquellos que tengan la oportunidad de presenciar la Semana Santa en tan singular y jerezanísimo enclave. Habrá que esperar, de cualquier modo, a que llegue la Cruz de Guía de la lasaliana Borriquita para certificar la bonanza, o no, del gran trabajo realizado por el Consejo que preside Dionisio Díaz.