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Morante, El Cid y Castella cortaron una oreja en la tercera de abono

El presidente Andrés Cerrillo fue abroncado dos veces y algo más por el respetable

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  • ?El Cid? no pudo volver a abrir la puerta de Feria de Las Palomas tras fallar con los aceros y por la rigidez del presidente del festejo Andrés Cerrillo. -
  • En tardes precedentes la puerta de Feria se abrió pero ayer ningún matador lo logró
Con menos de tres cuartos de público en los tendidos se celebró la tercera corrida de abono en la que se lidiaron toros de Alcurrucén, los que dieron desigual juego, manseando varios de ellos y recibiendo algunas palmas en el arrastre el primero y el segundo.

Alcalareño de la cuadrilla de El Cid se desmonteró en el segundo de la tarde, así como Curro Molina, de la cuadrilla de Castella, en el tercero, ambos por sus soberbios pares colocados.


El Cid sufrió un revolcón en el tercero de la tarde al intentar hacerle un quite a Curro Molina a la salida de uno de sus pares. Asimismo, El Cid, en el quinto también sufrió bastante con el manso marrajo que le tocó en suerte.

Andrés Cerrillo, presidente del festejo, que un día más estuvo estuvo asesorado en lo taurino por el matador algecireño Conrado Gil Belmonte, en esta corrida no llevó una bronca, sino dos y algo más.

Festejo
José Antonio Morante de la Puebla abrió plaza con Gracioso, marcado con el numero 129 y de 551 kilogramos, un negro desbragao que no se empleo en el capote. Aurelio Cruz le recetó un buen puyazo y se cambió el tercio. Rafael Cuesta y Javier Sánchez estuvieron bien con los palos. La faena de muleta la comenzó con ayudados por ambas manos a media altura, ganándole terreno y siendo aplaudido. Ya en el tercio le enjaretó una tanda con la derecha, siendo mejor la siguiente sonando la música. Prosiguió con ambas manos y estuvo el torero con brisa y aroma de su gran cosecha particular, con unos muletazos, naturales y trincherazos muy flamenquitos. Tras recetarle una gran estocada le concedieron una oreja.

A su segundo, lidiado en cuarto lugar y de nombre Palillo, un tostao chorreao en verdugo número 181 de 541 kilos, lo recibió con el capote con varios lances y verónicas. Cristóbal Cruz le recetó un largo puyazo. Lo probó Morante por chicuelinas muy ceñidas bajando las manos. La faena de muleta la comenzó al hilo de las tablas, sacándolo al tercio muy toreramente. Durante el resto de la faena desparramó su esencia y embrujo especial por el albero de Las Palomas. Terminó con manoletinas y acabando con él con un pinchazo, perdiendo algún trofeo. Aún así fue ovacionado y saludó desde el tercio.

Manuel Jesús, El Cid, al negro mulato listón de nombre Pitero número 187 y de 549 kilos, lo toreó a la verónica pero no se empleó, colándosele peligrosamente por el pitón izquierdo. Recibió un puyazo flojeando a la salida. Lo probó el maestro con dos lances cambiando el tercio. El Boni lidió en banderillas y Alcalareño colocó el primer palo en todo lo alto, siendo soberbio el siguiente, desmonterándose para saludar y siendo muy aplaudido por el respetable. La faena de muleta la comenzó con la derecha siendo jaleado, prosiguiendo por ambos pitones con muletazos y naturales, así como con pases de pecho largos y profundos. Tras una gran estocada, le fue concedida una oreja y fuerte petición de la segunda que no concedió Cerrillo, siendo abroncado por el público allí presente.

En quinto lugar, El Cid lidió a Bilbaíno, número 158, un desteñido colorao y desbragao de 534 kilos. Un verdadero manso y marrajo que arreó poniendo en peligro la integridad física tanto del maestro como de sus banderilleros. Hay que reseñar que el toro fue protestado en la suerte de picar solicitando el público erróneamente su devolución a los corrales, siendo abroncado por ello Cerrillo sin razón. Pero todos los mansos tienen su lidia y El Cid lo fue metiendo y encelando en su muleta realizándole una meritoria y grandísima faena para los entendidos, sacándole naturales y muletazos muy importantes. Perdió las orejas al fallar con los aceros pero saludó al público desde el tercio tras una gran ovación.

Sebastián Castella, único torero que repetía dos tardes, toreó en primer lugar a Barbero, número 170 de 539 kilos, al que lanceó a la verónica con mucho sabor. Curro Molina se desmonteró tras su soberbio para y al hacerle el quite El Cid fue arrollado. La faena de muleta la comenzó con tres pases cambiados por la espalda, rematando con dos extraordinarios pases de pecho. Le dio distancia en varias tandas, sonando la música, exprimiendo al de Alcurrucén al máximo. Acabó con él de una gran estocada rodando, siéndole pedida con gran fuerza la oreja que no fue concedida por el presidente, siendo abroncado por ello.

Cerró plaza con Palmero, el que no se empleó en el capote. La faena de muleta estuvo en Castella, con valor, temple, inteligencia, sintiendo su toreo que llegó a los tendidos. Se le concedió una oreja.

Hoy
Para hoy está previsto que se celebre el último festejo de abono en el que harán el paseíllo los caballeros rejoneadores Joao Moura padre e hijo, Antonio Domeq, Álvaro Montes, Curro Bedoya y Riveiro Tellez hijo.

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