?No se puede esperar que Gibraltar agradezca nada a los que sólo le daban palos?
El líder del Partido Liberal de Gibraltar, Joseph Garcia, que también es historiador y realizó su doctorado en historia política moderna de Gibraltar cubriendo el período 1940-1988, realiza un balance de qué supuso en el Peñón el cierre de la frontera hace 40 años y qué hubiera ocurrido de no haberse producido.
—Al día de hoy, cómo se valora en Gibraltar, desde su punto de vista, la decisión que hace 40 años se tomó para el cierre de frontera y comunicaciones entre España y el Peñón?
—El cierre de la frontera fue la culminación de una serie de restricciones del régimen del general Franco contra Gibraltar. Se recordará que Franco declaró que Gibraltar caería como una fruta madura. Esto no sucedió. La verdad es que desde el punto de vista de los derechos humanos y las relaciones entre los pueblos, las acciones de aquel gobierno español fueron totalmente inhumanas. El plan de Franco de aislar a Gibraltar a través de sanciones económicas fue un fracaso, dado que los gibraltareños, con el apoyo del Reino Unido, se adaptaron a la nueva situación. La ironía es que el cierre causó bastante daño en el lado español de la frontera dado que dejó sin trabajo a miles de trabajadores que tuvieron que ganarse la vida en otra parte.
—Siempre se ha hablado de que este hecho hizo nacer entre los gibraltareños un sentimiento antiespañol ¿cree que es cierto?
—No se puede esperar que en Gibraltar se le agradezca nada a un gobierno español que sólo les daba palos. El cierre de la verja fue una de muchas sanciones económicas y políticas de España contra Gibraltar. Antes de cerrar, por ejemplo, se corto el suministro de oxígeno al hospital, que entraba por la frontera, por lo que murieron personas. En términos políticos y humanos esto fue imperdonable y hay que entender el sentir de las personas que fueron afectadas. Lo que nace cuando cierra la frontera no es tanto un sentir antiespañol, sino un sentir que había que reforzar los vínculos con el Reino Unido, que en esos tiempos respaldaba plenamente a Gibraltar, y después el sentir de pueblo y de nación del propio pueblo gibraltareño. Mi conclusión como historiador siempre fue que el sentido de identidad del pueblo de Gibraltar existía desde siempre. El cierre de la frontera le dio un empuje y un enfoque nuevo a algo que ya existía.
—¿Sigue vivo hoy en día este sentir en Gibraltar?
—No es fácil entrar en generalizaciones de esta clase. Cada persona es distinta. Hay personas que nunca le van a perdonar a el gobierno español 16 años de frontera cerrada. Había familias separadas por la frontera que no se podían ver ni hablar. También es difícil de olvidar que la frontera fue cerrada durante más años bajo la democracia de los que había estado bajo Franco. Es decir que bajo con Franco se cerró de 1969 a 1975 y después se mantuvo el cierre por los gobiernos de la democracia hasta 1985.
—¿Cómo cree que habrían sido las cosas de no haberse decretado este corte de comunicaciones?
—Si no hubiera cortado Franco las comunicaciones hubiera habido menos sufrimiento, particularmente en el lado español. Esta claro desde un punto de vista histórico que Gibraltar hubiera seguido el rumbo marcado por las demás colonias británicas de ese tiempo hacia la descolonización. Esto es lo que paso, por ejemplo, en los otros territorios británicos del Mediterráneo como Chipre y Malta. Gibraltar seguía la misma dirección que sólo se paró por los problemas con España. Se habría producido un rápido progreso constitucional en el Peñón marcado con constituciones nuevas en 1950, 1964 y después 1969. El siguiente paso lógico era mas autogobierno y después la descolonización. El pueblo de Gibraltar ya tenia sentido de identidad propia antes de cerrar la verja, igual que había pasado en todas las partes del antiguo imperio británico. Esto se veía reflejado en pedir más y más autogobierno al Reino Unido, en el eslogan el derecho a nuestra tierra, y ya en 1964 en exigir la descolonización plena, manteniendo los lazos con Londres ante la ONU.