No hay nada decidido, pero desde que hace dos años  la alcaldesa, María José García-Pelayo, suprimiera el domingo como jornada de inicio de la Feria del Caballo para recortar un día y trasladar al lunes el encendido del alumbrado, no hay edición que se cierre sin debate en torno a las fechas de apertura y clausura de la fiesta grande de Jerez por excelencia. Aunque desde el Ayuntamiento en el balance oficial sólo han dicho a este respecto que “nada es impensable”, supeditando siempre esta cita a la fecha del Mundial de Motociclismo, lo cierto que es preguntado por esta posibilidad en el Gobierno local no se descarta nada a estas alturas. Sin embargo, quienes sí se han pronunciado con un año por delante han sido los propios caseteros, que ven con buenos ojos adelantar el encendido al sábado y suprimir el último domingo de Feria, también conocido como “de resaca”,  ante la escasa afluencia de público. En estos términos se ha manifestado Juan González, de la junta directiva de la Asociación Unión de Caseteros de la Feria de Jerez, que representa a más del 40% de las casetas que se instalan en el parque González Hontoria.


Teniendo en cuenta que el aplazamiento al lunes del encendido no ha alterado la rutina de muchas peñas y asociaciones, que siguen inaugurando sus casetas el sábado noche previo con cenas privadas, en este colectivo creen que no sería descabellado empezar oficialmente el sábado, jornada en la que ya hay muchas personas que acuden al Real. 

Recuperar un día
“Lo estamos pidiendo los propios caseteros; si no queríamos que se quitara ni el lunes. El  día que se tiene que quitar es el domingo último, que no va nadie, hay muchas casetas que hasta están cerradas y el alumbrado está encendido por la noche para casi nadie; es un gasto tonto para el Ayuntamiento”, concluyó.

Críticas al botellón de La Rosaleda

La Asociación Unión de Caseteros tiene previsto mantener un encuentro en breve con el Ayuntamiento en el que, además de esta cuestión, esperan hablar largo y tendido de las asignaturas pendientes de la última edición de la Feria. Una de ellas es el albero. “Hay que mejorarlo una barbaridad y también hay que limpiar más el Real sobre todo cuando pasan los caballos. En Sevilla lo vuelven a regar y a limpiar, y eso también hay que hacerlo en Jerez”, indica Juan González. Con lo que no piensan comulgar es con el botellón instaurado en los jardines de La Rosaleda desde hace años.  “No nos negamos a que haya botellódromo, pero  fuera de la Feria, como en Sevilla, lo que no puede ser es que la gente esté bebiendo al lado de la entrada principal”