Este martes, las trabajadoras de limpieza del Activa Club se concentraron para pedir una solución a la situación de
seis trabajadoras que fueron suspendidas de empleo y sueldo, y
una de ellas despedida, por
negarse a entrar a trabajar en el vestuario masculino con los usuarios dentro.
Todo sucedió este verano en el que los
dos compañeros de limpieza se fueron de vacaciones al mismo tiempo. Las trabajadoras solicitan que se haga ese trabajo en el vestuario masculino en los horarios en los que
el gimnasio está cerrado, pero desde la empresa les insisten en que tiene que ser en horas en las que hay usuarios dentro.
Sofía, la trabajadora despedida, explicaba que “únicamente nos negamos a trabajar cuando estén los usuarios dentro, nada más.
Si hay que venir una hora antes o quedarnos una hora después del cierre del centro no nos importa, porque ya lo hemos hecho antes”.
Por su parte, Maite Garro, de UGT, se ponía en la piel de las empleadas porque los usuarios “
están desnudos, están duchándose y tanto para la privacidad de los hombres como para ellas es una situación incómoda”.
También estuvieron presentes en la concentración la delegada municipal de Igualdad, Susana Sánchez, y los concejales de La Confluencia, Raúl Ruiz Berdejo y Kika González, quienes ya la pasada semana les ofrecieron su apoyo para llevar el asunto al pleno. Susana Sánchez manifestó que no entendía “cómo en el
siglo XXI, en el que a las adminsitraciones públicas y a las empresas se nos exigen planes de igualdad,
ocurran estas cosas. Las profesionales tienen que trabajar cómodamente y hay que respetar lo que reivindican.
Es justo”. De hecho,
el Gobierno municipal apoyará en el Pleno las reivindicaciones de las trabajadoras y reclama una solución que permita
poder salvar los empleos.