La
jerezana Marina Rivas se proclamó el pasado domingo
campeona del mundo después de llevarse, junto con la Selección Española, el mundial sub-17 de fútbol celebrado en la India. Un momento
histórico para la futbolista y el combinado nacional que han estado celebrando el título varios días porque “
la ocasión lo merece. Nos ha durado la celebración tres días”.
Han pasado las horas y todavía “
ninguna nos lo creemos”, comenta Marina. “Creo que
no somos conscientes de lo que hemos hecho. Y lo hemos conseguido
a base de mucho trabajo. Estamos súper contentas”. El camino hasta el título ha sido “
muy duro” y “ha costado mucho”, pero el secreto ha estado en que “el equipo estaba súper compacto y
súper unido y eso
se notaba en el campo. Lo hemos conseguido por
no dejar de creer y por confiar en la que tenemos al lado”.
El combinado español estalló de júbilo con
el pitido final que las hacía campeonas del mundo. Una sensación “
increíble” que luego se extendió a la hora de recoger las medallas y levantar la copa. “
Llorábamos todas de alegría y de pensar que nos lo merecíamos más que nunca”.
Y es que el camino “costó muchísimo” porque “los goles
han llegado al final de todos los partidos. Es una muestra de no dejar de creer”. Contra Japón, remontada en los últimos minutos, contra Alemania en la semifinal, un gol en el 90 para conseguir el pase. Y en la final, un gol que entró casi llorando en la portería.
Todos los rivales “han sido difíciles
desde la fase de grupos. Empezamos con Colombia y acabamos con Colombia. Por el camino nos encontramos con Japón, que era una de las favoritas, y con Alemania que nos ganó en el europeo. Y
conseguimos la revancha. Y en la final, Colombia era la primera vez que llegaban y tenían muchas ganas. No nos lo pusieron nada fácil”.
La Selección llegó a la India con mucha ambición y “
desde la final con Alemania teníamos claro que íbamos al Mundial a llevárnoslo. Ha sido un camino duro, pero a base de trabajo y con ganas se consiguen las cosas”.
Marina ha sido una pieza clave en el cuadro de Kenio Gonzalo, jugando todo de titular en el centro del campo. Aunque comenta que “
todas las que íbamos estábamos disponibles para jugar. Y la que salía desde el banquillo
hacía mejorar al equipo. Yo he querido
aportar lo máximo, mi granito de arena para conseguir esto”.
Eso sí, la confianza del técnico “
es de agradecer”. Confían “en todas las jugadoras y si juegas es porque lo mereces. Aunque
ninguna lo merece más que otra, porque todas podríamos haber jugado.
La confianza es fundamental”.
Aterrizaron el lunes en España y “los familiares nos hicieron
un gran recibimiento”. Luego,
recepción en la Federación con Luis Rubiales y una lluvia de reconocimientos: “
Somos una privilegiadas. No nos lo creemos”.
Este campeonato del mundo se empezó a fraguar “justo
cuando acabó la final del europeo contra Alemania. Cuando estamos en el círculo todas llorando tras perder una compañera dijo que
teníamos otra oportunidad con el mundial.
Lo que el fútbol te quita luego te lo devuelve. A nosotras el fútbol
nos debía esto”.
Y desde Jerez han sido un sinfín de felicitaciones hacia su paisana. Una ciudad orgullosa de lo que ha conseguido esta joven promesa del fútbol femenino que también se siente orgullosa “
de dónde empecé y nunca me olvido de dónde vengo. Tengo que darle las gracias a todas las personas que han estado conmigo estos años, compañeros y entrenadores y
a toda la gente de Jerez por apoyarme y darme tanto cariño”.
Sin tiempo para descansar
Después de tres días de celebración, la jerezana ya ha regresado este mismo miércoles a los entrenos con su equipo, el
Madrid CFF. “Me he reincorporado y ya estoy
pensando en la temporada”. En el conjunto madrileño está teniendo “
dinámica de primer equipo. Entreno con ellas todos los días y
casi siempre estoy yendo convocada. Por ejemplo tuve varios minutos contra el Barcelona”.