Y lucharon “para florecer todas”, como ayer se leía en
uno de los mensajes de un 8-M cargado de reivindicaciones, una vez más, y las que hagan falta, porque queda mucho que conseguir. De otra manera, el
Día Internacional de la Mujer, vinculado a la lucha feminista contra una desigualdad que tiene su reflejo en la precariedad salarial y “los peores trabajos”, no tendría ni que estar instaurado ni que ‘pelearse’ en las calles.
Este martes,
después del parón de 2021 por la pandemia, las calles de Jerez y las de todo el país volvieron a teñirse de
morado y de pancartas en defensa de los derechos de la mujer. Ocurrió a lo largo de una jornada reivindicativa que empezó a media mañana y culminó a última hora de la tarde con la marcha y la lectura del manifiesto.
“El 70% del trabajo en precario actual lo realizan las mujeres. Son más mujeres que hombres los que piden la reducción de jornada y excedencias para cuidar a sus familiares”, se leía en otra pancarta en el templete de la
Alameda Vieja, que por primera vez albergaba los actos para garantizar más distancia de seguridad. “Peores pensiones”, se leía a continuación en la misma como consecuencia de esta realidad que estos días ha denunciado por activa y por pasiva Marea Violeta.
“A gritar fuerte, que es el día de encontrarnos en las calle”, animaba una pletórica Teresa Chamizo, del colectivo de Marea Violeta, para emplazar a las compañeras a prepararse para comenzar la manifestación, a la que el tiempo finalmente respetó tras una mañana de lluvias.
Tras las pancartas, familias al completo, migrantes y muchos estudiantes y así hasta congregar a varios miles de mujeres en una marcha que bajo el lema “Mujeres en precario, violencia a diario”, se fue animando a medida que avanzó el recorrido, en el que la guerra de Ucrania también estuvo presente con pañuelos blancos que simbolizaban la paz. Precisamente, Natalia Prylypko también leyó un manifiesto en representación de su comunidad, resaltando el importante papel que está jugando la mujer, en su caso sus abuelas y su madre, en este conflicto. Ya de nuevo,
en la Alameda Vieja, compañeras de Marea Violeta hicieron lectura del manifiesto de la coordinadora provincial de los colectivos feministas, que ponía el foco en la
“fuerza de la supervivencia” del empleo doméstico.
“El destino de muchas mujeres que pertenecemos a la clase obrera, es el de vender nuestra fuerza de trabajo, limpiando, cocinando, cuidando o en prostitución, malpagadas sin protección laboral, sin reconocimientos sociales, ni declaración de enfermedades laborales, ni jubilación. Incluso sin sueldo, como el trabajo de ama de casa. No pedimos más que el reconocimiento que han tenido siempre los trabajos reservado a los hombres queremos convenios justos, reconocimiento de enfermedades laborales y derecho a prestaciones”, rezaba el manifiesto.
A diferencia de la división que se dio en Madrid y otras ciudades, -hasta 20-, del país, en el movimiento feminista, en Jerez, aunque con menos afluencia, la jornada no quedó deslucida en ese sentido ni dio muestras de fractura. Al contrario, compañeras de toda la comarca y de la sierra se unieron a las jerezanas.