¿Qué balance hace de los dos primeros años de mandato?
–En general mi balance es positivo. Partíamos de una situación complicada, después de un estado de la ciudad lamentable, porque nos habíamos encontrado situaciones que necesitaban intervenciones de urgencia, parques, equipamientos deportivos, calles; recordemos cómo estaba el Polígono de los Olivares, El Valle, como estaba el Bulevar o las obras del Jaén Plaza, que peligraban. El balance, por tanto, es positivo porque a pesar de esa situación hemos conseguido darle la vuelta y propiciar una estabilidad institucional que nos ha permitido estar, incluso a pesar de la pandemia, en cierta normalidad. Aunque parezca algo ordinario, creo que tiene un valor extraordinario.
¿Qué no esperaba encontrarse en el Ayuntamiento?
–Me esperaba casi todo, porque me había puesto en lo peor. A la hora de tomar las medidas que propiciaran el cambio que todos pedíamos, te encuentras solo. Echo en falta mayor respaldo institucional y social con algunas medidas que todos creen necesarias, pero que solo lo dicen por la puerta de atrás, nadie de forma pública. El asunto organizativo es un ejemplo de ello. El problema de la ciudad de Jaén no era solo el económico, sino el estructural y organizativo, que es el que nos llevaba a tener la situación que había. Los 600 millones de deuda no se habían generado por sí solos. Y esa era una situación que no se debe a elementos externos de Sevilla o de Madrid. Es una cuestión que tenemos que arreglar nosotros. Y teníamos que hacer examen de conciencia como Ayuntamiento para ver qué debíamos cambiar.
Al principio del mandato fue crítico con el papel de los sindicatos en el Ayuntamiento. ¿En qué punto se encuentran ahora?
–Algunos corporativistas siguen en la misma situación. Me refiero a CSIF, por ejemplo. Lo que les importa es el personal, ni siquiera los funcionarios. Solo por el interés de unos pocos les da igual lo que pase en la ciudad. Eso es sorprendente. Los intereses corporativistas nunca pueden estar por encima de los intereses generales.
¿Eso es un mal endémico del Ayuntamiento?
–Eso es lo que se da y ha dado aquí: los intereses de unos pocos por encima de los generales. Y una ciudad no puede estar secuestrada por el interés del 10 por ciento de la población. Más allá de eso, también me sorprendió que sufríamos una pandemia premia. Aquí teníamos dos pandemias, y una ya estaba, que era esa forma de gestionar y de descontrol de lo público, que se ha visto en casos como el de Matinsreg, pero en otros muchos, contaminados por el mismo proceder, el Real Jaén, la Cámara de Comercio... Todos tenían un mismo vicio que perjudicaba a la ciudad. Esa era la otra pandemia.
¿Qué espera del caso Matinsreg?
–Se ha constatado con el testimonio de los testigos e investigados que había un fraude en la gestión. Vuelvo a repetir lo mismo. La defensa del interés general debe estar por encima de otras cuestiones. Lo que espero es que sea un punto y aparte y que por parte del partido responsable se pida disculpas públicas si la sentencia confirma lo que hemos visto en el procedimiento. Entre Matinsreg y el caso que viene después en la pieza separada van a ser ocho millones de euros de quebranto para las arcas municipales. Y eso es solo lo que se ve, porque hay otro dinero que se va por la puerta de atrás.
¿A qué se refiere?
–Pues que si no se hacen procesos de contratación y se establece una estructura organizativa eficiente, pues sucede lo que hemos visto hasta ahora.
¿Y el caso de los autobuses urbanos y la situación con la empresa Castillo?
–Nosotros ganamos en primera instancia con un informe del Consejo Consultivo que fue muy claro y contundente. Espero que se ratifique en el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y que nos permita levantar las medidas cautelares, algo que hemos pedido recientemente. Mientras tanto, hemos trabajado con la consultora y con el modelo de licitación para septiembre. Están los pliegos preparados y seguimos con el plan de movilidad. La pena de todo esto es que estemos en manos de decisiones judiciales, porque lo ideal hubiera sido una posibilidad de acuerdo entre la empresa y el Ayuntamiento, si de verdad hubiera habido un interés por esta ciudad, para que la empresa pudiera devolver a Jaén todo lo que Jaén le ha aportado. Creo que sería lo más lógico.
¿Está tendiendo la mano a Castillo?
–Lo más lógico sería solucionar esto aquí. Que entre la empresa y el Ayuntamiento pudiéramos llegar a un acuerdo para liquidar el contrato y solucionarlo, sin tener que depender de las vías judiciales.
¿Cree que estamos ante el último capítulo del tranvía?
–El Ayuntamiento ha realizado un gran esfuerzo y ha habido una buena coordinación desde el punto de vista institucional con la Junta, pero lo cierto es que en los últimos meses no había respuesta y se notaba cierta apatía. Una vez que se han redoblado los esfuerzos e informado a los ciudadanos y a pesar del cambio de las condiciones del convenio, que se ha incrementado en casi cuatro millones para el Ayuntamiento de Jaén y que hemos asumido sin problema, entendemos que hemos puesto por encima los intereses de la ciudad para sacarlo adelante. Tras la firma de este mes, lo que sí pedimos es la máxima agilidad porque es muy importante que esté en otoño de 2022, que es cuando se espera la puesta en marcha de la segunda fase del centro comercial y el inicio del curso universitario.
¿Qué se le va a plantear al Ministerio de Hacienda en la próxima reunión respecto a la deuda municipal?
–En el fondo yo entiendo que lo que se ha venido haciendo es una quita encubierta, porque hemos pasado deuda comercial a deuda financiera a largo plazo. Esa deuda financiera, de alguna forma es impagable. Lo que le vamos a pedir a Hacienda son medidas a largo plazo que nos permitan solucionar la situación actual. Pasar deuda comercial a financiera y a ésta buscarle una solución, porque empiezan a pagarse las amortizaciones a partir de 2023 y eso no es posible. En definitiva, lo que queremos son soluciones a largo plazo.
¿Qué trabajo están haciendo con los fondos europeos?
–Hemos ido presentando todo lo que ha ido saliendo por parte de los ministerios. Lo deseable cuando lleguen los fondos de recuperación es que los gestionaran los ayuntamientos, como pasó con el Plan E. Unos proyectos vienen a cubrir demandas históricas de la ciudad y otros para atraer actividad económica de empresas a través de concesiones demaniales. Respecto al DUSI, son proyectos con una enorme complejidad técnica y de una cirugía administrativa que es muy tediosa y que hace el trabajo lento. Un ejemplo es la plaza de Santiago. Tenemos que adquirir el suelo, hay dificultades porque no tenemos capítulo VI de Inversiones; no hemos podido comprarlo, con lo cual, ahora hay que expropiar, hay que hacer una modificación de planeamiento... Paralelamente estamos haciendo la delimitación para pasar de uso residencial a dotacional y zona verde. Los estudios geotécnicos están avanzados. Otros ejemplos son la calle Elvín o el de San Miguel.
¿Va a haber algún avance más en cuanto a la peatonalización?
–Van a ser dos años muy transformadores, porque vamos a trabajar en el modelo de Smart City, de digitalización y desde el punto de vista de la movilidad. Ya tenemos previstas actuaciones en la plaza de la Constitución y cuando finalicen las obras, en la calle San Clemente y toda la zona de Millán de Priego. Hay otras actuaciones estratégicas como el proyecto de la mejora de la conexión de la ciudad con el campo de fútbol e Ifeja, un bulevar que nos permita conectar con Ifeja y el Olivo Arena.
De todo ello, ¿qué verán los ciudadanos dentro de dos años?
–No estamos trabajando desde el punto de vista electoralista. Hay cuestiones que dependen de nosotros y otras que no. Lo que está claro es que vamos a poner todo de nuestra parte. La ciudad va a cambiar de forma radical. Y nos va a permitir un posicionamiento ante el futuro para afrontarlo con optimismo. Estamos cambiando la perspectiva de tristeza para conseguir una ciudad de la que nos sintamos más orgullosos y que la autoestima de los jiennenses cambie.
La cultura y el turismo son dos ejes básicos en la gestión del equipo de Gobierno ¿cree que se está trabajando en buena línea?
–En turismo hemos recogido los frutos. No había un trabajo, una estrategia profesional. Hemos reforzado los recursos que tiene la ciudad, que son muchos. Una apuesta por la mejora del patrimonio y las campañas de la marca de Jaén o del vídeo promocional son un ejemplo y vamos a seguir avanzando en esa línea. El turismo es uno de los pilares del crecimiento de la ciudad. Y desde el punto de vista de la cultura venimos apostando por dos ejes: la reforma del patrimonio y su puesta en valor y la apuesta por la cultura local, con ejemplos como el Festival de Otoño o Consentidos.
El Grupo Popular mantiene que no existe una hoja de ruta para la ciudad, ¿qué opina?
–No solo la hay, sino que es la que teníamos antes, en el sentido de mejorar los servicios públicos, trabajar con coherencia, con eficiencia en la gestión de los recursos, apoyándonos en las posibilidades que tenemos, que son muchas. Vamos a sacar adelante los proyectos que están en nuestra mano y seguir trabajando con el resto de administraciones, propiciando siempre el diálogo, al igual que con todos los agentes sociales y económicos. No- sotros no nos vamos a parar. Hemos cedido a la Junta todos los suelos que nos han pedido y van a tener siempre la máxima colaboración. Desgraciadamente, cuando hemos pedido alguno no se nos ha trasladado la misma respuesta, pero insisto que nuestra obligación es trabajar y dar soluciones a los proyectos con los recursos propios con los que contamos.
¿Repetiría con el mismo equipo con el que se presentó?
–Claro. Este equipo nos ha permitido salir adelante con la situación que nos hemos encontrado. Somos un equipo compacto y preparado. El Ayuntamiento es la administración más compleja que existe y encima hemos tenido una pandemia.
¿Y el socio de Gobierno (Cs)?
–Cuando hablo de equipo lo hago también de ellos. Hemos trabajado con lealtad y siempre poniendo los intereses generales de la ciudad por encima de los intereses de nuestros partidos.
¿Qué ha significado el Plan Colce a nivel político e institucional?
–Primero hay que tener muy claro que si nos lo creemos, podemos. Sí somos capaces y por eso pusimos un proyecto sobre la mesa que nos permitía competir con cualquier otra ciudad de España. Ha supuesto levantar de alguna forma el espíritu crítico de los ciudadanos, que se haya roto con cierta apatía social. Y por último nos hemos hecho oír en toda España.
¿Su reacción política fue muy contundente, pero hay quienes la cuestionan? ¿Ha significado un punto de inflexión en la forma de demandar a otras administraciones?
–Ha servido para que nos conozcamos. Fue un planteamiento totalmente honesto con la ciudad y con los intereses que defendemos y muy respetuoso. Yo siempre defenderé la ciudad y lo hemos hecho también con Diputación. Lo que hay que entender también es que yo no puedo ser un hooligan, tengo que ser un alcalde y mirar por los intereses de la ciudad y saber hasta dónde puedo llegar en una negociación, en un momento clave de reparto de fondos europeos y de atraer recursos para la ciudad. No obstante, seguimos defendiendo el proyecto con el recurso que se ha planteado en la Audiencia Nacional.
¿Qué opina de las plataformas ciudadanas y de los mensajes que lanzan sobre los políticos?
–Yo lo que pido es que se sean coherentes. Lo que se pide para afuera, que se cumpla adentro. Siempre he defendido que es necesaria la transparencia y saber quiénes somos cada uno de los que conformamos las organizaciones y a quienes representamos. Se nos pide a los partidos y también se les debe pedir a las organizaciones sociales. Eso lo primero, y lógicamente, que sean apartidistas. Aquí se les han puesto pancartas a ministros, pero en la demanda del tranvía el alcalde ha estado solo en muchos momentos y es un proyecto crucial para la ciudad. Y ahí no he visto movilizaciones.