Lo importante de la reunión mantenida ayer entre el acalde de Jaén, Javier Márquez, y la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, no es el encuentro en sí, aunque lo pareciera después de las insistentes peticiones del anterior alcalde, que estaba en su derecho de ser recibido en el estricto protocolo administrativo, pero al que las malas formas políticas y la soberbia descalificaban petición tras petición. No fue el hecho en sí de la reunión lo importante, tanto como el tono en el que se desarrolló, el respeto y la coherencia y pragmatismo de lo acordado. Si ayer hubo alguien que salió ganando no fue otro que el pueblo y la ciudad de Jaén. La publicación del PGOU definitivamente, la creación de la comisión para reactivar el tranvía, medidas de alivio económico para el Ayuntamiento, apoyo al conjunto histórico de la capital y un campus de excelencia, son balance más que suficiente para comprender que la confrontación obtusa y politizada de otros tiempos no genera más que recelo y desagravios para Jaén. La empatía observada ayer entre quienes tienen las riendas del gobierno en la capital y en la Junta no hace más que augurar otro futuro que verá sus frutos a medio plazo. Aunque sea demasiado tarde para Jaén, bienvenido sea.
Jaén
Con la reunión gana Jaén
El pueblo y la ciudad de Jaén son los grandes ganadores de la reunión mantenida ayer entre el alcalde y la presidenta de la Junta
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