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Jaén

No puede vender palodús

Juan Carlos Muñoz Ramírez tiene 59 años y está desempleado. Lleva desde los 16 años vendiendo palodús y madroños en la calle. Su ubicación más tradicional es en la plaza de la Constitución y en Jaén casi todos los vecinos le han comprado o lo conocen. Lleva cinco años en paro y no recibe ningún ingr

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  • Juan Carlos Muñoz. -

Juan Carlos Muñoz Ramírez tiene 59 años y está desempleado. Lleva desde los 16 años vendiendo palodús y madroños en la calle. Su ubicación más tradicional es en la plaza de la Constitución y en Jaén casi todos los vecinos le han comprado o lo conocen. Lleva cinco años en paro y no recibe ningún ingreso. Vender en la calle le ha proporcionado un mínimo sustento económico con el que llevaba dinero a su hogar, donde vive con su mujer, dos hijos y tres nietos.
Hasta hace dos semanas contaba con su licencia de ocupación de la Vía Pública con Puestos. Por ocupar dos metros cuadrados de la vía pública durante seis meses abonaba 42,17 euros de tasa municipal. Ahora su problema es que para seguir vendiendo necesita hacerse autónomo. Cuando acudió a renovar su licencia así se lo comunicaron en la concejalía de Consumo.
Él no podía hacer frente a los poco más de cuarenta euros del permiso, ya que era Cáritas la que le estaba ayudando. Ahora asegura que “económicamente le es imposible hacerse autónomo para vender en la calle”, recordando que “nunca” le han puesto problemas y que lo hace para “poder comer”.
Este jienense recibe ayuda de Cáritas, gracias a la que entran alimentos en su casa.  Ya ha requerido el abono de las facturas del agua, la luz, el gas....y ahora se le ha unido que lleva cuatro meses sin poder abonar la mensualidad de su vivienda, de protección oficial. “Mi situación de desempleo me ha creado una depresión muy fuerte y así llevo tres años. Salir a la calle con mi canasto, colocar mi mesa para vender y estar en contacto con la gente me ayuda a salir de esta situación”, valora a VIVA JAÉN.
Pide flexibilidad al Ayuntamiento porque lo está pasando “realmente mal” y necesita seguir vendiendo en la calle.
Su actividad profesional ha estado ligada siempre al sector de la construcción y Juan Carlos Muñoz  quiere trabajar “en lo que sea”, el problema es que “no sale ningún trabajo”.
Por vender palodús y madroños podía llevar a su casa poco más de 15 euros al día. Para él eran “suficientes” para sobrevivir. Antes era su segundo trabajo, una distracción en su día a día con la que se entretenía, pero ahora, vender palodús y madroños es una “necesidad” ante la precaria situación económica por la que está pasando su familia.

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