El Centro de Participación Activa para Personas Mayores 'Jaén-Catedral' tiene las puertas abiertas a sus 4.800 socios censados, pero son en torno a 310 los jienenses de más de 60 años los que acuden de lunes a viernes para compartir una jornada de convivencia, aprendizaje y diversión.
La delegada territorial de Salud y Bienestar Social, Ángeles Jiménez, visitó ayer el centro y conoció las instalaciones de manos de su director, José Quesada, y otros profesionales. “El funcionamiento de este tipo de centro es un ejemplo de la apuesta por el envejecimiento activo y por ofrecer un lugar a los mayores en los que puedan mejorar su calidad de vida con los talleres que se realizan”, valoró.
Sito en la calle 'Francisco Coello' del centro histórico de la capital, abre sus puertas de 9 a 14 horas y de 16 a 20 horas y se convierte en el punto de encuentro de los mayores 'activos', los que tienen interés por seguir aprendiendo, ganas de mantenerse en forma, seguir cuidando su imagen y desarrollando otras habilidades.
Informática, manualidades, gimnasia terapéutica y de mantenimiento, pilates, bolillos, pintura, sevillanas y memoria son nueve de los múltiples talleres que se desarrollan, de la mano de monitores y personal voluntario que aporta sus conocimientos para enseñarlos al resto de compañeros.
El centro cuenta con una Junta de Gobierno en la que socios del centro participan tomando decisiones en pro de la mejora del mismo. Su presidente, Joaquín Palacios, asegura que “el centro es un lugar que invita a la participación activa y en donde los mayores acuden para evadirse de otras preocupaciones”.
A sus 87 años, lleva más de veinte acudiendo casi a diario al centro y, como en su juventud, ha tenido la oportunidad de retomar la actividad teatral. Está a cargo del grupo de teatro del centro e inmerso en los ensayos de 'La Riña', y dos días en semana es el responsable de la actividad del bingo.
Andrés Ordóñez, de 86 años, lleva más de quince años participando de los talleres y se ha convertido en el poeta, presumiendo de memoria a la hora de recitar versos a los presentes. Y así 308 historias más de personas que conviven y han encontrado un lugar para envejecer de forma activa.