Las lluvias de las últimas semanas han llegado tarde para la presente campaña oleícola, pero son oro molido para el campo jiennense y también para los pantanos de la provincia.
Unos que, de momento, apenas han notado un pequeño incremento en el agua recogida, pero que están en un momento clave.
Las organizaciones agrarias avisaron hace unos días: “La tierra está saturada y están empezando a funcionar las escorrentías”. Es decir, el campo ya no absorbe más agua y esta va directa a unos embalses que la van a recibir con los brazos abiertos. Porque la situación de los mismos es delicada.
Hasta hace muy poco ha habido poblaciones de Jaén que han tenido limitado el uso del agua para garantizar el consumo humano.
Por suerte las lluvias que se están dando invitan al optimismo y las gráficas han comenzado a remontar. Sin ir más lejos las últimas 24 horas han dado buena prueba de ello.
En tan solo un día la cantidad de agua embalsada en la provincia de Jaén ha subido en más de un dos por ciento, pasando del 20,19% que se registraba el pasado miércoles al 22,55% con el que terminó el día ayer jueves, según los datos aportados por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.
Nivel de ocupación
Los pantanos ubicados en territorio jiennense son capaces de albergar 2.361,354 hectómetros cúbicos y de momento acogen 532,407. Son 55,646 más en 24 horas, aunque la situación es dispar según el punto geográfico que consultemos de la provincia.
La media de la ocupación de los pantanos es de un 17,3 por ciento según la Sociedad Mixta del Agua de Jaén.
Si atendemos a aquellos que cuentan con una capacidad superior a los 100 hectómetros cúbicos encontramos que solo el Tranco y el de La Fernandina pasan del 20 por ciento.
Lo hacen con un 20,5 y un 26,5 por ciento respectivamente. Pero hay otros que se encuentran en peor estado.
El que se encuentra en una situación más delicada es el de Guadalén, que apenas supera el diez por ciento.
De los 167,9 hectómetros cúbicos que es capaz de albergar en estos momentos solo tiene 18.
Con 14 cuenta el Rumblar que apenas supera el 11 por ciento de su capacidad. En ambos casos se espera que la situación mejore de una forma notoria durante los próximos días, pero para que esto sea así las lluvias deben continuar.
Desde la perspectiva agrícola, tanto la Diputación como las organizaciones agrarias coinciden a la hora de analizar estas lluvias como muy necesarias de cara a la campaña de recogida de aceituna de 2023 y a que los agricultores puedan usar el regadío en los meses previos, algo que, con los niveles que hay sería inviable. Hay confianza en que mejore la situación.