Gran noche la vivida este martes en el Gran Teatro de Huelva, en el que tuvimos un día completamente onubense: cuatro grupos de la capital y uno de Isla Cristina. El teatro estaba casi lleno y se notó el buen ambiente, tanto dentro como fuera de nuestro "coliseo". El público asistente se encontraba feliz al observar las butacas ocupadas, y los grupos desde el escenario algo más protegidos y seguros. Espero que los días de preliminares hayan servido para algo a los responsables de la federación.
Gran noche la vivida este martes en el Gran Teatro de Huelva, en el que tuvimos un día completamente onubense: cuatro grupos de la capital y uno de Isla Cristina. El teatro estaba casi lleno y se notó el buen ambiente, tanto dentro como fuera de nuestro ‘coliseo’. El público asistente se encontraba feliz al observar las butacas ocupadas, y los grupos desde el escenario algo más protegidos y seguros. Espero que los días de preliminares hayan servido para algo a los responsables de la federación.
Esta penúltima sesión la inauguró la comparsa de Isla Cristina ‘La fábrica de corazones’. El grupo viene bien trabajado, con muy buenas voces y una impresionante cuerda de segundas. Muy afinados y con una elegante interpretación del repertorio. Gustaron mucho los pasodobles, destacando el dedicado a los inmigrantes, claro ejemplo de una realidad. Buen pase.
La segunda agrupación en romper el hielo fue la chirigota de la capital ‘Don Benito documento...’, un caradura de cuidado que busca el camino fácil en la vida y que retratan a la perfección. Con un público entregado, estos vividores del cuento nos narran sus peripecias en un repertorio que representan con mucha soltura. Cabe destacar el bagaje de algunos de sus componentes, dignos maestros de las tablas. Coreografías a juego en distintos puntos, simpáticas parodias y letras relacionadas con el personaje a representar en todo el repertorio, algo que se agradece. Arriesgan en su primer cuplé, hecho que sorprende, dada la experiencia de este grupo, concluyendo dicho apartado con un estribillo en el que juegan con la cara y lo dura que la tienen.
La comparsa ‘Los ayudantes’ rompe su silencio con buenas cualidades para estar entre las grandes. Es el primer año en el que Miguel Sandino se pone al frente de una comparsa, superando con creces lo esperado. Representan una controvertida máquina en la que unos operarios crean a los humanos “todos iguales”. Desde este prisma hacen una magistral presentación en la que expresan y explican el tipo a la perfección. Buenas voces, buen control y precioso pasodoble. Dinámico popurrí que concluyen con una gran ovación.
La guinda chirigotera la pone ‘La última cena’, chirigota de ‘Los Pollos’ que da un repaso humorístico a las típicas cenas familiares, concretando en la de Navidad. Este grupo se vuelve a superar en todos los aspectos. Al margen de sobrarme alguna que otra uva, es una chirigota que está muy por encima del resto, siendo una de las grandes favoritas para obtener el máximo galardón.
Cierra la noche la comparsa ‘La canción perdida’, en un repertorio lleno de ternura pero sin perder la rabia y coraje para defender unos criterios, tanto carnavaleros como sociales. Buenas letras y bonita música de pasodoble, donde se laurea a la veterana Colombina. Otra historia más que contar para un grupo que año tras año se está ganando el respeto a golpe de trabajo, trabajo y trabajo. La calidad ya la tienen.