A sus 37 años, Macarena Gil Navarro, bartolina de adopción, ha logrado lo que jamás había conseguido una mujer en España: ser práctico de puerto, lo máximo a lo que pueden aspirar los capitanes de barco. Para ello, ha tenido que superar dos pruebas en Madrid y dos en el puerto en el que trabaja, el de Algeciras, tras lo que está permanentemente sometida a formación y a unas reglas éticas y de calidad muy estrictas.
Superado todo ello, su cometido es indicar a los capitanes la maniobra más conveniente en todo momento, ya que Macarena, como los otros 239 prácticos de puerto que hay en España, es la persona con mayores conocimientos geográficos e hidrodinámicos de la zona, sobre las características de los buques y forma en que gobiernan y sobre las características del resto de servicios portuarios que contribuyen al buen fin de la maniobra.
Pero no ha sido este el único gran reto que ha logrado Macarena, pues ya fue la primera mujer capitán en las empresas Euroferrys y Balearia, ambas dedicadas a los barcos de pasaje. Sin embargo, ser práctico de puerto es el sumun de esta profesión. “Yo aún no me creo que lo haya logrado y menos aún que haya sido en un puerto como el de Algeciras, que es el primero en movimiento de toneladas del Mediterráneo y el cuarto de Europa”, destaca.
Para comprender la dificultad de lo que ha conseguido Macarena, hay que tener en cuenta un hándicap importante con el que cuentan las mujeres en el mundo de la Marina Mercante. Lo cierto es que no hay muchas empresas que se atrevan a poner a mujeres de capitán de sus barcos y son necesarios al menos dos años de mando en uno de ellos para poder presentarse a los exámenes que dan acceso al título de Práctico de Puerto. Macarena no sólo había conseguido eso, sino que ahora también ha superado unas pruebas de selección que son las mismas para todos, hombres y mujeres.
Eso sí, esta bartolina de adopción está encantada con el trato de sus compañeros. “He de quitarme el sombrero con todos ellos ya que me han recibido como a uno más”, resalta, al tiempo en que se muestra confiada en que su ejemplo sirva para otras mujeres. “Si se lo pone más fácil a otras mujeres pues me alegro muchísimo. Está claro que todos, hombres y mujeres, podemos hacer los mismo trabajos, igual de bien y de mal”, asegura.
Licenciada en Náutica y Transporte Marítimo, Macarena Gil, aunque nació en Sevilla, se siente como una vecina más de San Bartolomé de la Torre, a donde llegó con 14 años. “Claro que soy una bartolina más. En San Bartolomé he pasado los mejores años de mi vida, allí conocí a mi marido y a mis amigos y allí he crecido como persona”, asegura, por lo que “siempre digo que soy de allí a todo el que me pregunta”, añade.
Lo que más le gusta del pueblo es su gente, “gente sencilla con un alto nivel cultural que se preocupa por los demás” y con la que “me encanta pasar tiempo cada vez que puedo”, afirma, por lo que “mi marido y yo solemos ir al pueblo cada vez que tenemos días libres para pasar tiempo con nuestra familia y amigos”.