Desde que el cura párroco de Cartaya, Manuel Domínguez, Lepe informara a los feligreses de la localidad durante el transcurso de la eucaristía del pasado domingo por la tarde que había desaparecido la petaca del micrófono inalámbrico que habitualmente usa para oficiar misas, la noticia ha corrido como la espuma por la localidad costera.
Al parecer, y según fuentes de la propia parroquia cartayera consultadas por VIVA, fue justo antes de esa eucaristía cuando se percataron de que faltaba dicha petaca del cajón de la sacristía donde habitualmente se guarda “siempre en el mismo sitio”, por lo que el cura se vio obligado a dar la misa de ‘viva voz’ y con el micrófono que de forma fija hay instalado en el altar mayor de la parroquia de San Pedro Apóstol.
Tras la misa, y después de mucho buscar, la petaca no apareció, según han confirmado las mismas fuentes, que sospechan que falta al menos desde después de un bautizo que tuvo lugar en la mañana del domingo en el que fue usada la petaca, al igual que también se utilizó para una boda en la tarde del sábado.
Aseguran que del cajón solo falta la petaca, que estaba guardada en su caja, no habiéndose detectado la ausencia de otros objetos de la sacristía, así como tampoco puertas ni cerraduras forzadas ni señales que indiquen el registro de cajones.
Según fuentes cercanas a la parroquia cartayera, la falta de la petaca “es una extorsión porque hace falta” sobre todo para las ceremonias con niños o con mucha gente como bautizos, bodas y comuniones, en las que el párroco necesita movilidad ya que con el micrófono fijo queda bastante “restringida su libertad de movimientos”.
No obstante, el propio párroco cartayero pone ‘al mal tiempo buena cara’ y por el momento no ha querido interponer denuncia alguna “hasta que nos aseguremos de que la petaca ha desaparecido del todo”. Y es que según afirmó, se sospecha que alguien la pudiera haber encontrado en un contenedor de basuras, por lo que se está a la espera de que se compruebe que verdaderamente el objeto hallado es la petaca desaparecida.
Lo que sí ha asegurado el cura cartayero es que “ya hemos adoptado las medidas necesarias para que esto no vuelva a ocurrir” ya que, entre bromas, afirma que se ha tratado de un “descuido”.
Igualmente subraya que si finalmente no aparece, “pondremos una denuncia para que el seguro se haga cargo del asunto y restituya la petaca para poder oficiar las misas de nuevo con total normalidad”.