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España

Al menos 11 detenidos en la 'operación Nelson' contra Manos Limpias y Ausbanc por extorsión

Bernard y Pineda crearon diversas sociedades para distraer el dinero que recibían de las extorsiones a los bancos

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La Policía Nacional ha detenido ya al menos a once personas vinculadas a Manos Limpias y Ausbanc en el marco de la 'operación Nelson' en la que ha sido desarticulada una presunta trama dedicada a extorsionar a entidades bancarias, informan a Europa Press fuentes de la investigación. Exigían a los bancos sumas de dinero a cambio de no difundir sobre ellas informaciones negativas o a cambio de no ejercer contra ellas acciones legales en los tribunales.

   Entre los once se encuentran los responsables de ambas entidades, el secretario general de Manos Limpias, Miguel Bernard, y el presidente de Ausbanc, Luis Pineda, quien ha sido arrestado pasadas las 11.15 en la estación de Atocha de Madrid procedente de la Feria de Abril de Sevilla. Junto a él ha sido arrestada también su mujer, María Teresa Cuadrado Díez, que fue directora general de Consumo de la Comunidad de Madrid durante el Gobierno regional de Alberto Ruiz Gallardón. También ha sido detenida su secretaria.

   Las fuentes consultadas apuntan a que Pineda y Bernard mantienen amistad desde hace muchos años y que ambos militaron en movimientos ultraderechistas en su juventud. Están previstas hasta 14 detenciones en esta 'operación Nelson' en la que además de los citados han sido arrestados también el empresario Alfonso Sole Gil (Ausbanc) y Francisco Javier Castro Villacañas (Manos Limpias).

   Además están previstos seis registros, algunos de los cuales llevan realizándose desde primera hora, como la sede de Manos Limpias en la calle Ferraz, la de Ausbanc, las oficinas de Calculo Empresarial en la Avenida de América y varios domicilios particulares. Los delitos de los que se les acusa a los integrantes de esta trama son extorsión, organización criminal y fraude procesal.

    La investigación corre a cargo de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía y está coordinada por el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz y la Fiscalía. Los investigadores consideran que Ausbanc realmente no era una asociación sin ánimo de lucro, sino que "su único objetivo era obtener beneficios para sus dirigentes utilizando como pantalla la protección de los consumidores de banca".

CON INFORMACIÓN DE LAS RECLAMACIONES

   Los arrestados utilizaban la información obtenida de los usuarios de banca y las reclamaciones presentadas para coaccionar a las entidades financieras y obtener acuerdos económicos. Los máximos responsables habían creado además diversas sociedades para distraer el capital generado.

   El presidente de la asociación, con el respaldo de gran parte de la junta directiva, era el encargado de presionar a las entidades en búsqueda de financiación enmascarada bajo convenios publicitarios a cambio de proporcionarles una publicidad que les fuera favorable.

    Además, para lograr esos acuerdos, les ofrecía también rebajar las pretensiones de sus asociados ante determinadas demandas, o incluso archivarlas, aunque ello supusiera un perjuicio para sus clientes, según los investigadores.

AUSBANC FINANCIA A MANOS LIMPIAS

   Paralelamente, para reforzar la presión contra las entidades financieras y lograr los acuerdos económicos pretendidos, Ausbanc utilizaba al sindicato Manos Limpias, -al que además financia-, para ejercer la acusación popular. Así, se presionaba a la entidad con la personación como parte de este sindicato en determinadas causas para, posteriormente, negociar su retirada si se obtenían los acuerdos económicos.

   A lo largo de esta investigación, los agentes han corroborado también que Ausbanc vendía a las entidades financieras los denominados ITCRA (Informe Trimestral de Consultas y Reclamaciones) que se elabora con las quejas y reclamaciones de los consumidores, obteniendo importantes beneficios.

   Los arrestados tenían distintos roles dentro de todo el entramado creado para obtener beneficios económicos, con una clara estructura piramidal jerarquizada. En un primer nivel estaba el presidente de Ausbanc, quien ejercía todo el control y dirección de la asociación en beneficio propio, tras él los miembros de la junta directiva, quienes supuestamente deberían controlar las cuentas y conocer el destino final de los fondos, cuotas de asociados y subvenciones recibidas. En un último escalón se encontrarían otros cargos menores de la asociación, conocedores de estas prácticas y que también se beneficiaban de lo obtenido.

    Asimismo, Ausbanc, -como supuesta asociación sin ánimo de lucro en defensa de los consumidores-, ha obtenido a los largo de estos años importantes subvenciones. Los investigadores están analizando tanto las condiciones específicas de dichas convocatorias como la documentación facilitada por Ausbanc para acceder y obtener las mismas, ya que esta asociación no reuniría los requisitos exigidos.

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