En rueda de prensa en la ciudad de Rawalpindi, cerca de la capital, el portavoz del Ejército, Athar Abbas, explicó que soldados de la guardia de fronteras están llevando a cabo la ofensiva desde ayer con el apoyo de helicópteros y aviones militares para facilitar el desplazamiento de las tropas.
“La entrada de los integristas en Buner los 2 y 3 de abril pasado supuso una violación del acuerdo” de paz al que el Gobierno de la Provincia de la Frontera del Noroeste (NWFP) había llegado con la insurgencia talibán en el valle de Swat, dijo el portavoz militar.
“Su retirada sólo fue simbólica. Quisieron confundir a la opinión pública”, desveló, tras lo cual hizo reproducir conversaciones telefónicas interceptadas entre el líder de los talibanes del valle, el mulá Fazlulá, y comandantes insurgentes, en las que los integristas dan cuenta de sus planes de no abandonar el distrito.
Abbas detalló que en este tiempo los talibanes han secuestrado y asesinado policías, reclutado a nuevos insurgentes y construido búnkeres y trincheras alrededor de las carreteras.
Los integristas también han “humillado y castigado” a los lugareños, además de restringir su libertad de movimientos, dice.
“El objetivo es eliminar y expulsar del lugar a los integristas. Es una zona grande. Esperamos no tardar más de una semana. Empezaremos desde distintas posiciones”, dijo el portavoz, que calculó que en el distrito se esconden entre 450 y 500 talibanes equipados con armas ligeras, lanzamisiles, explosivos y minas.
El portavoz militar anunció además que la operación que las fuerzas de seguridad iniciaron el pasado domingo en la vecina demarcación de Dir, al oeste de Swat, “se ha completado con éxito” y se ha saldado con la muerte de entre 70 y 75 insurgentes.
“Sólo quedan unos pequeños reductos de resistencia que pronto serán sofocados”, aseguró Abbas, quien relató que en la zona había unos 200 integristas, la mayoría de ellos ya expulsados.
Sin embargo, en Dir los combates han causado el desplazamiento de unas 600 familias.
Buner, Dir y el propio Swat pertenecen a la división regional de Malakand, en la cual el Gobierno provincial se avino en febrero a aplicar la sharía (ley islámica) a cambio de que el valle, en conflicto desde 2007, se pacificase.