En ese informe, el Ministerio de Defensa ha admitido problemas de seguridad en su base de submarinos nucleares, en Faslane, cerca de Glasgow, donde los problemas han sido “recurrentes”.
Entre los casos figuran tres escapes de refrigerante nuclear de sus submarinos nucleares en 2004, 2007 y 2008, mientras que el año pasado un jefe del área de residuos radiactivos fue sustituido, al parecer, porque no tenía preparación en la gestión de residuos radiactivos, revela el periódico.
Estas fugas están contenidas en un informe al que tuvo acceso el Canal 4 de la televisión británica, en virtud de la Ley de Libertad de Información, y del que informaba ayer The Gurdian.
La situación es tan seria que la Agencia de Protección del Medioambiente de Escocia (Sepa) ha advertido de que consideraría el cierre de la base si contara con los poderes legales para hacerlo.
El Ministerio de Defensa está legalmente exento de la vigilancia que Sepa realiza a la seguridad del medio ambiente, pero ha prometido en varias ocasiones a ese organismo que cumpliría con la seguridad en materia de radiación, añade el matutino.
El Ministerio de Defensa insiste en que ninguna de las fugas ha supuesto amenaza para la salud humana o el medio ambiente.
Pero el director ejecutivo de Sepa, Campbell Gemmell, dijo al Canal 4: “No es aceptable que simplemente se diga que estos incidentes son menores. Hay que asegurar que cuentan con los sistemas (adecuados) para impedir que estos incidentes ocurran”.