Tal y como la Duquesa de Alba le había pedido, Carmen Tello eligió el rojo como tono principal para luego completar su atuendo con una mantilla blanca
Y por fin llegó el día y la hora. A la 13:00 horas de ayer miércoles 5 de octubre, aristócrata y ex funcionario se unían en matrimonio. La máxima expectación giraba en torno al secreto mejor guardado de toda boda: el vestido de la novia. Sin embargo, los estilismos de los invitados no han dejado a nadie indiferente.
La primera en hacer su aparición era la madrina. Una espectacular y súper elegante Carmen Tello salía de casa de los diseñadores Victorio & Lucchino luciendo precisamente una de sus creaciones. Vestido largo, en color rojo pasión, bastante ceñido, escote de pico, manga larga y abertura en la parte delantera, que contrastaba con el blanco y lila de los complementos.
Tal y como la Duquesa de Alba le había pedido, Carmen Tello eligió el rojo como tono principal para luego completar su atuendo con una mantilla blanca, hecha a base de una colcha, a juego con los guantes. El clutch lila con cierre dorado combinaba con los floripondios que sujetaban la mantilla.
Mientras la madrina atendía amablemente a la prensa, llegó uno de los momentos más esperados. Alfonso Díez entraba en escena y, aunque se pasó la mayor parte del tiempo en el interior de un coche, por fin pudimos ver cómo iba vestido.
El nuevo Duque de Alba se atavió con un chaqué gris de rayas diplomáticas a juego con un chaleco cruzado, camisa blanca y corbata azul marino con topitos blancos. El mismo complemento que eligió uno de los diseñadores de Victorio & Lucchino.
Cuando la madrina y el novio hicieron su entrada en la capilla del Palacio de Dueñas, los últimos invitados comenzaron a llegar. Entre ellos, destacaron los guapísimos hermanos Rivera que consiguieron arrancar los aplausos y gritos del público que esperaba ansioso a su Duquesa.
Fran llegó en solitario, sin su nueva novia Lourdes, pero iba impecable. Con traje azul, corbata granate y camisa de rayas blancas y azules, el ex yerno preferido de Doña Cayetana irradiaba atractivo y felicidad. Su hermano, Cayetano, también estuvo a la altura. Él prefirió el color gris combinado con camisa blanca y corbata verde musgo, un tono muy de moda para esta temporada.
A su lado, su inseparable Eva González luciendo un discreto vestido azul entallado, con marcadas hombreras y abotonado en la espalda. El toque nude de los zapatos, guantes y bolso completaba su look pastel. En el pelo, un sencillo recogido, aunque echamos de menos que no llevara tocado.
El ojito derecho de la Duquesa de Alba, su hijo Cayetano Martínez de Irujo, fue uno de los primeros en llegar. Con un traje en beige a juego con corbata granate y zapatos marrones estuvo de lo más acertado puesto que se trata de una boda de día.
A la que también vimos por allí fue a su ex mujer, Genoveva Casanova. La mexicana fue una de las más elegantes de este gran día. Con un vestido palabra de honor y cortes rectos en un fabuloso gris perla, la ex nuera de Cayetana supo estar a la altura. Los complementos también perfectos, todos en gris metalizado.
La parte desafortunada vino de la mano de María Eugenia Fernández de Castro, la ex mujer de Jacobo, el hijo de la Duquesa que no asistió a la boda. Ella lució un horrible traje compuesto por chaqueta y falda lápiz, de una tela destelleante que cambiaba del rojo al verde según la luz.
Además de llevar medias negras en las piernas, como viene siendo lo habitual, María Eugenia también se las puso en los brazos. Como complementos un tocado estilo boina y un bolso con forma de flor. De la chaqueta de terciopelo de su acompañante, mejor ni hablamos.