Aunque para algunos lo peor de la tormenta ha pasado, todos sin excepción tenemos grabada en nuestra mente la crisis económica que en la última década, ha destruido vidas, patrimonios y por encima de todo ilusiones. Todos recordamos como unos políticos corruptos e incapaces, en asociación permanente con tiburones financieros y constructoras insaciables, destruyeron la economía del país y de paso el futuro de toda una generación.
En El Puerto de Santa María, lamentablemente, estamos todavía muy lejos de la recuperación que ya se vive en otras zonas de España, aquí para nuestra desgracia, los políticos locales han llegado a la conclusión que lo mejor para superar la crisis es volver a los malos hábitos de antaño y que mejor manera que el tradicional pelotazo urbanístico, típico de la costa andaluza.
Los portuenses estamos asistiendo, en vivo y en directo, al pelotazo urbanístico casi perfecto, aquel en el que los partidos de derechas y los que se dicen de izquierdas, se supone que por la alta proporción de zurdos entre sus filas porque desde luego por sus políticas no será, unidos todos en la sagrada defensa del constructor de turno, en la mejor tradición de la picaresca patria, venderán la Puntilla, construirán pisos en ella y los portuenses no verán un céntimo, aunque eso si, como si de un sobre lleno de “estampitas“ se tratara, nos pretenden dejar contentos con nuestro gran negocio.
Asistimos a un supuesto en el que la beligerancia pasada, contra la venta de Apemsa o los parkings es ya humo, aquí marchan todos de la mano en la procesión del santo ladrillo.
No podemos ni queremos olvidar el patético papel del ecologismo “oficial” de la ciudad, transformados por obra y arte del ladrillo, en entusiastas defensores del mal llamado convenio. Porque cosas del poderoso caballero, las playas son o no destruidas dependiendo no de la cantidad de hormigón, sino de lo que diga el partido de cabecera. En este caso, haciendo de su pañuelo palestino un sayo, dice que a la carga con las hormigoneras.
Se creó una plataforma ciudadana para defender los intereses de los portuenses en todo este asunto. En una operación que provocaría los aplausos entusiastas de cualquier servicio secreto del mundo, esa peculiar alianza inmobiliaria entre los pañuelos palestinos y el ecologismo local, la ha destruido desde dentro, en un intento de silenciar cualquier oposición a este asalto a degüello al futuro del Puerto.
Frente a todo esto, los miembros de dCIDE, reconocemos sentirnos tristes, no porque tengamos la más mínima duda de que la inmensa mayoría de portuenses rechazan ese convenio que supone la destrucción del futuro de nuestra ciudad y nos condena a repetir los errores que han arrasado nuestra costa para dejar un beneficio nulo en nuestros bolsillos.
Lo que nos entristece e indigna es comprobar lo poco o nada que le importa El Puerto a nuestros representantes en el Ayuntamiento, como el futuro de los portuenses, por las miserias de la política es sacrificado en favor del pelotazo urbanístico de turno y por último como los valores de la izquierda son prostituidos en boca de unos políticos y partidos puestos al servicio de los intereses de los especuladores.
Pese a quien pese, dCIDE seguirá luchando contra el expolio de los intereses de los portuenses y por encima de todo en la defensa de que
el futuro del Puerto se dCIDE en el Puerto.
Fdo. Afiliados y simpatizantes de dCIDE El Puerto